La perspectiva de cosecha de olivar era buena, en general, excepto en la zona de Calatayud y Aranda. El Bajo Aragón esperaba una cosecha muy superior a la media pero la sequía ha llevado al traste esas buenas expectativas. La disminución del calibre de la oliva y una relación pulpa-hueso muy mala harán que la cantidad de aceite se vea muy mermada. En el secano esa merma será del orden de un 30% de media. En la Comarca de Calatayud 80%, en el Bajo Aragón 50%. En Sobrarbe y Moncayo la cosecha será normal.

En esta campaña la producción de oliva destinada a mesa no va a ser posible debido a su menor tamaño por la sequía. En las 11.500 Ha de regadío, aunque ha habido restricciones de agua en algunas zonas, sí que será factible.  Mientras la empeltre para aceite se paga a 0,50/0,60 e/Kg la de mesa oscila entre 1/1,20 e/Kg, por lo que los productores van a obtener menos rendimiento además de menos cosecha.

La sequía también ha provocado que la sanidad vegetal en este cultivo sea buena, al no producirse hongos, y poco ataque de mosca.

La situación es muy preocupante porque llevamos dos años consecutivos de sequía. Esta sequía prolongada hace que los árboles arrastren estrés hídrico.  La cosecha va a ser muy parecida a la del año pasado: unas 40.000 Tm de olivas que producirán unas 10.000 Tm escasas de aceite. Actualmente los precios del aceite están altos. Se están haciendo operaciones por encima de 3,75 e/l en graneles, pero cuando entremos de lleno en la campaña ya se verá.

UAGA considera que unas 7.000 familias en Aragón viven de éste sector, que tiene un alto valor social y medioambiental y que genera empleo y riqueza en nuestros pueblos, por lo que es un sector que ha de ser apoyado por las distintas administraciones en España y en Europa, en defensa de la calidad del producto y contra el fraude.