En la campaña 2015/16, la producción de semilla certificada en España ascendió 392 millones de kg frente a los 325 millones de kg producidos en la campaña 2011/12, lo que pone de manifiesto una tendencia al alza en la producción y por tanto, en la demanda. A pesar del incremento, el uso de semilla certificada en España sigue siendo bajo, ya que es en torno a un 26% de la semilla total. No obstante, hay grandes variaciones según el cultivo. Así mientras que en trigo duro más del 60% de la semilla usada es certificada, en avena no llega al 15%.
Además, el uso de semilla certificada en España está muy por debajo del uso que se hace en otros países. Por ejemplo en Francia, Alemania e Italia, que son grandes productores de cultivos herbáceos, el uso de semilla certificada es superior al 50%, de acuerdo con los datos aportadas por Esther Esteban, Subdirectora General de Medios de Producción Agrícolas y Oficina Española de Variedades Vegetales, durante su ponencia en la Asamblea General de APROSE que ayer se celebró en Madrid.
Esteban hizo hincapié en que estos datos nos deberían llevar a reflexionar sobre cuáles pueden ser las causas y buscar soluciones. Por ejemplo, ha recordado que en los casos en los que se ha exigido el uso de semilla certificada para cobrar las ayudas, el uso de ésta se ha disparado, como pasó en 2005 con el trigo duro. Luego, cuando la exigencia de la semilla certificada desapareció, su uso cayó en picado. En la PAC actual no se exige el uso de semilla certificada para cobrar ayudas y se permite que el agricultor pueda utilizar la semilla de sus campos. De cara a la PAC post 2020, se baraja que las semillas tengan una buena respuesta al cambio climático (más adaptadas a situaciones de falta de agua), que sean más eficientes en el uso de recursos, que favorezcan la biodiversidad y que tengan un elevado componente medioambiental, concluye la Subdirectora.
La semilla certificada mayoritariamente producida en la campaña 2015/16 ha sido la de cebada (un 25% del total), seguida de la de trigo blando y trigo duro. En total, la producción de semilla certificada de estos tres tipos de cereales alcanza los 260 millones de kg (el 66% del total). En semillas certificadas forrajeras, la más abundante es la festuca, en leguminosas, la veza común y en leguminosas grano, el guisante para pienso. La superficie cultivada de semilla certificada en la campaña 2015/16 ha sido de 181.000 ha, mayoritariamente dedicadas a cebada y trigos.
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