En Argentina, el consumo medio diario de sal es de 11 gr/persona, más del doble de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por este motivo, el gobierno argentino ha aprobado la Ley Nº 26.905 de Promoción de la Reducción del Consumo de Sodio para reducir el consumo de sal con el fin de favorecer la salud y mejorar la calidad de vida.

La norma introduce modificaciones en el Código Alimentario Argentino y en el sistema de fiscalización de los alimentos, estableciendo cantidades máximas de sodio en los alimentos. Además, regula el establecimiento de advertencias en los envases sobre los riesgos del consumo en exceso de sal, promueve la eliminación de los saleros en las mesas de hostelería y restauración y su sustitución por sobres de sal o de sal de bajo contenido en sodio. Asimismo, fija el tamaño máximo de los envases en los que se venda sal para no superar los 500 miligramos y establece sanciones a los infractores.

La reglamentación también estipula la creación de la Comisión Nacional Asesora para la Promoción Nacional de la Reducción del Consumo de Sodio, que dependerá del Ministerio de Sanidad. Su misión será proponer mensajes sanitarios que deberán figurar en el etiquetado de los envases en los que se comercializa la sal y otros productos que la contengan.