En marzo pasado, el gobierno francés remitió a la Comisión Europea un proyecto de decreto para la aplicación en Francia, a título de prueba piloto, el etiquetado obligatorio del origen de la leche y de los ingredientes lácteos y cárnicos incluidos en platos preparados. La Comisión acaba de enviar un correo a las autoridades francesas dando su visto bueno a este decreto. Dicha norma entraría en vigor el 1 de enero de 2017 y tendría una vigencia de dos años.

La asociación europea de la industria alimentaria Food Drink Europe se ha mostrado contraria a esta aprobación por parte de la Comisión Europea, ya que considera que este etiquetado obligatorio, aunque tenga carácter de prueba piloto, va a tener un impacto inmediato en el mercado. Además se trata, en su opinión, de una medida proteccionista que va a establecer un precedente irreversible para la fragmentación del Mercado Único de alimentación y bebidas.

Asimismo, considera que el visto bueno al decreto supone que la Comisión Europea acepta que hay una diferencia de calidad entre lo que produce Francia y lo que produce, por ejemplo, otros países como Bélgica, Alemania, Italia o España.