Las benignas temperaturas que ha habido en diciembre en el sur y en el oeste de Europa ha provocado que en estas zonas, los cereales de invierno no hayan conseguido un grado adecuado de endurecimiento. Este es un proceso biológico de los cereales de invierno que transforma el almidón celular en glucosa, aumentando la tolerancia de las plantas a las bajas temperaturas. La Península Ibérica, Francia, Reino Unido, región mediterránea, península de los Balcanes y alrededor del Mar Negro son las zonas en las que el trigo tiene un menor grado de endurecimiento y por tanto una menor resistencia a cualquier ola de frío, según el último informe MARS sobre el estado de la cosechas realizado por la Comisión. Afortunadamente, ha sido la zona que menos ha sufrido la ola de frío (winter kill) acaecida en el mes de enero.

En el centro y sudeste de Europa, las temperaturas desde mitad de diciembre han sido más bajas de lo habitual, por lo que el proceso de endurecimiento ha estado más avanzado y el nivel de tolerancia a la helada ha sido moderado. En el este de Ucrania y Rusia, el proceso de endurecimiento prácticamente se ha realizado. Sin embargo, la ola de frío que llegó a finales de diciembre, bajó las temperaturas hasta los -18ºC y cubrió los cultivos con una capa de nieve que ha provocado daños importantes en Polonia y en el oeste de Ucrania. También han sufrido daños, aunque menores, los cultivos del este de Polonia, Países Bálticos, sur y oeste de Ucrania, Moldavia, suroeste de Bielorusia, noreste de Rumania y algunas regiones del sur de Rusia.

Según el informe de la Comisión, en la Península Ibérica, el principal problema meteorológico ha sido el agua, por su exceso en el noroeste de la península y su falta en el litoral mediterráneo. Esta falta de agua también se ha producido en el sur de Francia, norte de Italia, Rumania y muchas regiones del sur y centro de Europa.