Los productores de frutas y hortalizas de la Bretaña francesa se han tirado a calle y hasta han quemado edificios para protestar por la situación que atraviesa su sector, especialmente agravada por el veto ruso. Ahora los porcicultores bretones se unen a las protestas de los agricultores. Sobre su sector también pende el veto ruso introducido en agosto, pero además, las exportaciones llevaban ya prohibidas desde febrero por motivos sanitarios.

El Comité Regional Porcino de Bretaña ha calculado que el embargo ruso le está costando a cada ganadero, una media de 70.000 €. El Comité le reprocha al Ministro francés de Agricultura, Stephan Le Foll, que no haya querido negociar un acuerdo bilateral con Rusia, para poder exportar cerdo y demandan medidas inmediatas, concretas y rápidas.

También a nivel de toda Francia, los porcicultores están descontentos. La Federación nacional porcina (FNP) ha anunciado su intención de pasar a la acción si el gobierno no aporta soluciones. Acusan a Le Foll de repetir continuamente sus promesas de acciones para dinamizar el sector, en todos los actos ganaderos a los que acude desde hace semanas, y de no llegar nunca a materializarlas.