La principal cárnica danesa, la cooperativa Danish Crown, está llevando a cabo una estrategia dirigida a aumentar su rentabilidad mediante la reducción de costes. Dicha reducción es a costa de cerrar plantas de transformación en Dinamarca o reducir su ritmo y establecerse en otros países en los que los salarios, cargas sociales e gastos de instalación resulten más baratos.
El gobierno danés no está viendo con buenos ojos esta estrategia de su empresa estandarte en el sector agroalimentario, que cierra plantas y deja a trabajadores daneses en el paro mientras que genera empleo en otros países.
A principio de año, Danish Crown acordó el cierre de su departamento de deshuesado en Faaborg, así como de sus instalaciones de producción de comida preparada de su subsidiaria Tulip, también localizadas en Faaborg. Estos cierres afectaron a 470 empleados de los que 60 son trabajadores de Tulip Food Company. También ha manteniendo conversaciones con los empleados de su matadero de reproductoras en Skaerbaek, al sur de la península de Jutlandia y con los trabajadores del matadero de Bornholm.
Paralelamente, en febrero pasado, Danish Crown llegó a un acuerdo para adquirir el 50% de Sokolow, el principal productor de Polonia de productos cárnicos elaborados. Danish Crown ya posee el 50% de la compañía
Actualmente, Danish Crown procesa 21,5 millones de cerdos al año, de los que unos 15 millones se hace en Dinamarca. Las previsiones de la cooperativa es aumentar hasta unos 25 millones de cabezas su volumen de procesado. El problema es que no se espera que este incremento revierta en más empleo en Dinamarca. De este tema ha hablado el Ministro danés de Agricultura, Dan Jorgensen, en el Parlamento de su país.
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