La cooperativa neocelandesa Fonterra ha tenido que retirar del mercado nata fresca por el peligro de contaminación con E.coli. En total, han tenido que retirar 8.700 envases de nata, de 300 y 500 ml, que se habían distribuido en el norte de Nueva Zelanda.

Esta incidencia ha sido pequeña, en comparación con la crisis de principios de agosto, en la que Fonterra tuvo que retirar lotes de suero concentrado de proteínas que podían esta contaminados con la bacteria Clostridium, que produce botulismo. Como consecuencia de esta contaminación, varios países como China y Rusia establecieron restricciones a la importación y el precio medio de la subasta de Fonterra para todos los productos lácteos licitados bajaron un 2,4%.

Un informe encargado por Fonterra en octubre pasado tras el incidente del verano, señaló que la cooperativa necesita cambios operacionales y de gobierno.