El Consejo Regulador de los Aguardientes y Licores Tradicionales de Galicia está muy preocupado ante el anuncio realizado por el Gobierno la semana pasada sobre un posible incremento de los impuestos a las bebidas espirituosas. Un anuncio que, de materializarse, vendría a lastrar y a poner en serio peligro la pervivencia de este sector en Galicia. “La posible subida impositiva pondría en serio peligro nuestro sector, ya de por sí muy tocado por la grave situación económica y la importante carga impositiva que ya hemos asumido hasta la fecha”, explicaba el presidente del Consejo Regulador, José Antonio Feijóo, que hizo hincapié en que en estos momentos el 39.79% del precio del alcohol ya son impuestos especiales e IVA, “una situación claramente discriminatoria con respecto a otro tipo de bebidas como el vino o la cerveza que tienen un marco impositivo muy diferente”.
En este sentido, desde el Consejo Regulador explican que el incremento de impuestos muy posiblemente tendría como consecuencia el incremento en la circulación de fraude, o bebida ilegal que no cumple con la normativa vigente, lo que, en definitiva, iría en contra no sólo del sector si no de la calidad que se ofrece al consumidor.
Del mismo modo, el Consejo Regulador quiere alertar de que esta medida podría incluso ir en contra de la finalidad recaudatoria que pretende el Gobierno, ya que cualquier subida impositiva lastraría el consumo y, por tanto, la recaudación derivada. Según datos de la Agencia Tributaria, en 2012 la recaudación por impuestos especiales aplicables a las bebidas espirituosas se redujo en 28 millones, un 3,5 % menos que en 2011. La recaudación total ascendió a 744 millones de euros, situándose por debajo de los niveles del año 2000 (755 millones), cuando la tasa impositiva era sensiblemente inferior, lo que pone en evidencia la difícil situación que vive el sector, que en los últimos años ha sufrido una caída del 40% de sus ventas.
Desde el Consejo Regulador son rotundos: “creemos firmemente que este no es el camino, nuestros destilados representan a un pequeño sector económico al que se le está haciendo un daño quizá irreparable, sin olvidar que se estaría castigando, una vez más, a un pequeño número de empresarios que elaboran unas bebidas tradicionales que suponen una riqueza cultural y gastronómica para nuestro país”. Con medidas como estas se les está animado a abandonar esta producción o a elaborar una bebida de menor calidad, lo que sería un paso atrás en todos los esfuerzos realizados hasta la fecha para poner en valor los aguardientes y licores tradicionales de Galicia.
Todo ello sin olvidar que la difícil situación en la que quedaría este sector podría animar a otros a producir licores y aguardientes ilegales para ocupar el espacio que pudieran dejar los empresarios que se esfuerzan por cumplir con todas las normativas, estrictos controles y elevados impuestos que gravan este tipo de bebidas. El CRIIGG se une así al sentir y la honda preocupación que existe ya en el sector y de la que se hizo ya eco la FEBE, la Federación Española de Hostelería y otras asociaciones de ocio, que destacan que el incremento de impuestos supondrá un duro golpe para la hostelería y el ocio nocturno.
Un sector tradicionalmente discriminado
La industria de bebidas espirituosas supone más del 73% del total de impuestos especiales aplicables al alcohol, cuando su consumo representa sólo el 27,3% del total de bebidas con contenido alcohólico. Existen otras bebidas alcohólicas que se consumen mucho más y de las que se recauda mucho menos al tener un tipo impositivo muy inferior. Es el caso de la cerveza, que supone aproximadamente el 50% del consumo y sin embargo sólo el 25% del total de la recaudación por impuestos especiales.
De este modo, esta subida no sólo es una sentencia para el sector, sino que ahonda más en la discriminación fiscal que existe respecto a otras bebidas con contenido alcohólico. No olvidemos que las bebidas con contenido alcohólico, cualquiera que sea, contienen el mismo tipo de alcohol (etanol).
Si el objetivo de esta posible subida de impuestos especiales es buscar una mayor recaudación, desde el Consejo pensamos que insistir en agotar a un sector debilitado como es el de las bebidas espirituosas es contraproducente. El resultado, con la previsible caída del consumo que provocará, será recaudar menos por IVA, impuestos especiales e, incluso, por el Impuesto de Sociedades, porque esta medida será el golpe definitivo para muchas pequeñas y medianas empresas que se verán obligadas a cerrar.
Fuerte impacto socioeconómico con miles de empleos perdidos
El sector está convencido que con esta medida se hundirá aún más el consumo lo que impactará directamente en una industria, compuesta en un 80% por pequeñas y medianas empresas familiares, muy golpeadas por la crisis y que, en muchos caso, se verán obligadas a cerrar con la consiguiente destrucción de puestos de trabajo, lo que se traducirá en aumento del gasto por subsidio de desempleo y la caída de otros impuestos.
Poniendo el acento en las consecuencias sobre el mercado laboral, las bebidas espirituosas sostienen cerca de 360.000 puestos de trabajo, entre los directamente imputables a la industria y los vinculados dentro de la hostelería, la restauración y el ocio nocturno, entre otros subsectores. Todos ellos han sufrido un acusado ajuste en cuanto a puestos de trabajo desde el 2008. Según estimaciones de FEBE, esta subida de impuestos especiales provocará un recorte adicional de unos 35.000 empleos.
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