Las lluvias que han caído desde el mes de marzo han paralizado las siembras de remolacha durante más de un mes. En Castilla y León se estima que solo hay sembrado entre 400-500 ha, que se cultivaron antes de iniciarse las lluvias.

No obstante, la previsión meteorológica apunta a que en abril, el tiempo va a mejorar, aunque habrá algún chubasco aislado, por lo que se podrán reiniciar las siembras en cuanto acabe de llover. En la tierras en las que ya se había enterrado el abono y solo se precisa un paso ligero con el cultivador, las siembras podrían reiniciarse en unos 10 días. Por el contrario, en las zonas que fueran más atrasadas en las labores y que precisan una labor media, podría todavía que tener transcurrir entre 20 y 30 días para que se empezar con la siembra.

La cooperativa ACOR estima que estas lluvias podrían provocar una disminución de la producción en torno a un 10%, que se podría recuperar si el verano viene suave y luego se retrasa la recolección de las raíces. Además, estas lluvias garantizan la existencia de agua para el riego.

Aunque las siembras vayan algo retrasadas, abril sigue siendo un buen mes para sembrar y además, en este mes en el que las temperaturas suelen ir en aumento, la nascencia es mucho más rápida.

ACOR ya ha iniciado las contrataciones con el ritmo habitual. Prevé que se contrate lo mismo que la campaña anterior, alrededor de 9.000 ha. Esteban Sanz, Director de Cultivos de ACOR recomienda a los cultivadores que aumenten la superficie de siembra para compensar posibles pérdidas. Asimismo, aconseja que el agricultor no se precipite en entrar en las tierras, siendo preferible esperar un par de días más y realizar la labor correctamente. Si se entra en una tierra que tiene exceso de humedad, se puede afectar muy negativamente a la estructura del suelo, generando terrones excesivamente grandes y compactando las capas interiores del suelo con el peso de los tractores, lo que impedirá que luego las raíces puedan profundizar en el mismo.