El sacrificio de tejones en el Reino Unido, para evitar la propagación de la tuberculosis bovina, es un tema candente en el país desde hace años. Prohibirlo o aplicarlo está en los programas electorales de los partidos políticos y ha saltado de tal forma del ámbito agrario, que en varias ocasiones se ha incluido en programas de televisión dedicados al público en general.

La última polémica es que la principal organización agraria del Reino Unido, la NFU, ha acusado a la BBC de no tratar con equidad el tema del sacrificio de tejones cuando trata de él en sus programas de televisión o en su web. La acusa de barajar cifras de sacrificios de manera inexacta, partidista y con la intención de generar histeria en la opinión pública.

Por ejemplo, en un reportaje hablaba de sacrificio masivo de tejones, apuntando que se podrían matar más de 100.000 animales. Según la NFU en los últimos cuatro años solo se habían realizado 2 estudios pilotos en los que se habían sacrificado 4.000 animales. Los 100.000 tejones se podrían llegar a sacrificar, pero en el caso de que las medidas se aplicaran en 40 zonas durante 10 años

La NFU ha pedido a los ganaderos que se conviertan en “embajadores” de esta medida del control de tejones, y que expliquen en los medios de comunicación y allá donde vayan, la otra versión.

El gobierno está a favor de la medida del sacrificio de tejones, como prometió en su campaña electoral, a pesar de haber recibido 110.000 firmas en contra de ella. La anterior administración suspendió el sacrificio de tejones por el rechazó que esta medida estaba generando en la opinión publica. La NFU le ha agradecido públicamente su firmeza en defender la medida.

La opinión científica no es uniforme en relación con esta medida. Mientras que algunos científicos piensan que el sacrificio de tejones puede ser muy efectivo para atajar la enfermedad por ser un reservorio de la misma, otros opinan que el sacrificio reactivo de tejones incrementaba el riesgo de la tuberculosis bovina debido a que los tejones supervivientes huían mucho más lejos de su zona habitual, con lo que se incrementaba la propagación de la enfermedad.

En 2010, en Inglaterra se sacrificaron 25.000 vacunos con motivo de la tuberculosis bovina. Esta enfermedad tiene una especial incidencia en el suroeste del país, donde el 23% de las explotaciones se encuentra inmovilizado.