El Gobierno holandés, de cara a la futura PAC está a favor de abolir todas las medidas que limitan la producción, concretamente en los sectores de la leche, azúcar y patata para fécula. Se opone totalmente a que haya restituciones a la exportación a partir de 2013. También está en contra de cualquier ayuda acoplada a la producción (ya que a producción agraria debe estar guiada por la demanda y no por la oferta), si bien serían aceptables aquellas que actualmente están en vigor.

De cara a las medidas de mercado, apoya la existencia de una red de salvaguardia, que garantice unos mínimos, pero a un nivel lo suficientemente bajo, que asegure que no exista ningún interés por producir en esas condiciones.

La administración holandesa está en contra de los contratos de compra-venta obligatorios pero no plantea objeciones ante la propuesta de incrementar el peso y la participación de las organizaciones de productores, aunque con unas reglas de actuación muy claras, para no entrar en conflicto con las estructuras cooperativas existentes, que en algunos sectores como el lácteo tiene un peso muy importante, según publica el Boletín Exterior del MARM.