La cadena alimentaria se está volviendo cada vez más vulnerable ante la falta de inversiones en agricultura durante los últimos 10-20 años, de acuerdo con Rabobank. Los precios de los alimentos al consumo se han reducido en un tercio, mientras que los insumos agrarios han alcanzado niveles nunca vistos. Paralelamente, a pesar de la importancia que tiene la investigación e innovación en agricultura para poder satisfacer la demanda futura de alimentos, la inversión publica y privada en investigación se ha estancado. Actualmente se gasta lo mismo que hace 40 años, unos 40.000 millones de dólares, a pesar de que en estas 4 décadas, la población se haya doblado. Además, la demanda de alimentos en los últimos 20 años ha crecido 15 veces más rápido que la superficie disponible de tierra cultivable.
Los agricultores son los peor parados de la cadena, que se encuentran atrapados en una doble competencia. Por un lado, por la competencia de los agricultores de otros países que producen más barato, y por otro, por las grandes industrias alimentarias que cada vez quieren pagar precios más baratos, mientras que las industrias de inputs los quiere vender más caros.
Para que la agricultura pueda abastecer la demanda, es preciso que aumente su productividad.
Rabobank propone cuatro formas de colaboración entre las multinacionales y los productores:
– Apoyo a los inputs, promoviendo inversiones a largo plazo y el conocimiento sobre las mejores prácticas agrarias.
– Educación: promoviendo la formación entre agricultores.
– Acceso: mejorar la logística y la financiación.
– Demanda: estabilización de la demanda invirtiendo en productores sostenibles que abastecen cadenas alimentarias transparentes y cuyos productos con trazabilidad.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.