Desde agosto el precio de los cereales no ha dejado la tendencia al alza. Esta semana, Chicago ha sido testigo de una nueva subida en el precio de los granos, motivada por la noticia de que la sequía pueda comprometer las cosechas de maíz y de soja en Brasil y Argentina y de que las inundaciones están diezmando la producción de trigo en Australia.
Esta evolución de los precios no parece acorde con el hecho de que la cosecha de la campaña de comercialización 2009/10 haya sido la tercera mejor de la historia, acumulando los stocks más altos de los 8 últimos años. Los precios parece que a veces se mueven más por las estimaciones de cosecha que por los datos definitivos de las mismas.
Tras la presentación de la Comunicación de la Comisión Europea sobre la PAC después del 2013 cada estado miembro está fijando su posición de cara a la presentación de los primeros textos legislativos. Asimismo se suceden los contactos más o menos oficiales entre distintos países intentando fijar posiciones comunes en los asuntos claves.
No está claro si la situación de altos precios de mercado condicionará las próximas negociaciones del futuro de la PAC. Actualmente, la UE está dividida en dos bloques, uno dirigido por el Reino Unido y apoyado por países como Dinamarca, Suecia y Holanda, que quieren que la PAC cuente con un presupuesto mínimo y en el que la producción agraria comunitaria se autoregule de acuerdo con el mercado mundial. El otro grupo, apoya una PAC fuerte, con presupuesto, y que tenga medidas no solo de sostenimiento de renta sino que también cuente herramientas de mercado adecuadas, que eviten excesivos vaivenes en los precios, tanto al alza como a la baja.
La volatilidad actual del mercado puede reforzar los argumentos de los países a favor de una PAC fuerte, para defender su posición, ya que el mercado no se mueve por una situación de oferta y demanda real, sino por los movimientos especulativos de los brokers. La diferencia de especular con materias primas a hacerlo con metales preciosos, es que cada vez que suben los precios de los granos, un nuevo porcentaje de personas en el mundo no tienen ingresos suficientes para comprarlos, por lo que aumenta el hambre, la pobreza y las revueltas sociales. Los Bancos Centrales ya han mostrado su preocupación sobre el efecto de las subidas de las materias primas en el coste de la alimentación.
Estas subidas especulativas en el precio de los cereales perjudican a los ganaderos, porque suponen nuevos incrementos en los ya elevados costes de la alimentación, pero tampoco suele beneficiar al agricultor, porque éste ya hace meses que vendió el cereal.
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