Varias granjas de gallinas ponedoras en producción ecológica de Holanda y Alemania han tenido que cerrarse por una contaminación con dioxinas. En total, son 8 explotaciones de Holanda y 19 de Alemania, que durante, al menos una semana, no podrán vender huevos.
El origen de la contaminación es una partida de maíz contaminado con dioxinas, procedente de Ucrania. Esta partida se ha distribuido entre varios fabricantes de piensos que han abastecido a granjas de Holanda y Alemania.
Gracias a TrusQ, una alianza formada en 2003 por varias empresas productoras de pienso de Holanda y Bélgica, cuyo fin es garantizar la seguridad de la alimentación animal, la contaminación ha podido detectarse a tiempo y evitarse una mayor propagación.
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