Keith Owen, de la empresa avícola británica Heart of England Eggs en Worcestershire, ha sido encontrado culpable de un caso de fraude en el etiquetado de huevos. Ha vendido millones de huevos de gallinas de jaulas en batería como si fueran huevos de gallinas camperas o de producción ecológica.

El Departamento de Asuntos Rurales del Reino Unido (DEFRA) inició la investigación en octubre de 2006, que puso de manifiesto que entre junio de 2004 y mayo de 2006, el Sr Owen importó unos 36 millones de huevos procedentes de gallinas en batería de Alemania, Irlanda, Francia y Holanda y que posteriormente vendía como huevos británicos de gallinas camperas o ecológicas. Los tribunales le han impuesto de pena 3 años de cárcel y una multa de 3,25 millones de libras.

La organización agraria británica NFU ha recibido con agrado la dureza de la sentencia, ya que un solo caso de fraude echa por tierra la dura labor de los avicultores con producciones de gallinas camperas y ecológicas y le resta credibilidad al sector.