La Universidad de Wageningen (WUR) está llevando a cabo una investigación con bacteriófagos con el fin de combatir la Erwinia, una de cuyas especies produce la podredumbre blanca de la patata. Las enfermedades bacterianas están suponiendo en los últimos años un problema cada vez más serio, dado que apenas existen productos fitosanitarios accesibles para combatirlos y los antibióticos están prohibidos.
Los investigadores están buscando, mediante tests de laboratorio, qué bacteriófagos funcionan frente a las diferentes cepas de Erwinia en patatas y en bulbos, así como frente a las cepas de “Xanthomonas fragarie” de las fresas. Para “Erwinia carotovora”, subespecie atroséptica, una de las más importantes del género, ya se ha encontrado una cierta cantidad de bacteriófagos prometedores, que tendrán que ser probados en condiciones naturales.
Los bacteriófagos son virus que pueden eliminar determinadas bacterias. Tienen una gran especificidad, por lo que pueden ser dirigidos con mucha precisión contra bacterias que producen enfermedades y ser inofensivos hacia las bacterias beneficiosas. Además, los bacteriófagos se pueden multiplicar mientras el hospedador permanezca vivo.
Las primeras pruebas de laboratorio han sido optimistas. Se han aislado bacteriófagos dirigidos contra “Dickeya solani”, causante de la podredumbre en el tallo de las patatas y flores de bulbo, consiguiéndose, en pruebas de laboratorio, acabar con la bacteria en un 100%, según publica el Boletín Exterior del MARM
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