Investigadores de la Universidad de Missouri (EEUU) han conseguido desarrollar un método que permite detectar la presencia de E. coli, distinguiendo de si se trata de una bacteria muerta o viva. La distinción es de gran importancia, ya que las bacterias muertas no causan enfermedad, mientras que tan solo 10 bacteria vivas pueden ser origen de una severa afección intestinal.
Los científicos han usado la técnica PCR, la cual es efectiva para la detección e identificación de los patógenos en alimentos. Sin embargo, esta técnica no puede distinguir entre células vivas y muertas. La presencia de células patógenas muertas puede resultar en falsos positivos y que se retiren productos innecesariamente.
El avance introducido por los investigadores de la Universidad de Missouri es la de teñir las muestras con bromuro de etidio monoacido (EMA), el cual no puede penetrar en las células vivas pero puede entrar en las muertas, donde se aglutina con las moléculas de ADN, haciéndolas insolubles, y por tanto, invisibles a los test PCR. Además, la técnica tiene la ventaja de ser rápida, pudiendo obtener resultados en 12 horas, mientras que los métodos actuales llegan a precisar hasta 2 días.
Esta nueva técnica ha dado resultados óptimos en la carne de ave y en la carne picada de vacuno, así como en los huevos.
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