La Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León recompensa por cuarto año consecutivo la dedicación y el esfuerzo que vienen haciendo los profesionales del sector para aumentar la modernización y el prestigio de su explotación o su empresa, a través de unos premios que en su edición de 2009 recaen en tres empresas especialmente significativas en el panorama de la economía agraria y agroindustrial de la región.
La industria agroalimentaria de Castilla y León es el sector más importante de todo el tejido industrial regional y uno de los elementos estratégicos para el desarrollo territorial y económico de nuestra comunidad autónoma. Es por ello que desde la Junta de Castilla y León se apuesta continuamente por proyectos que favorezcan pautas de ayuda y apoyo a este campo, desarrollando nuevas líneas de investigación que permitan el crecimiento del sector agroalimentario.
La importancia de esta industria viene avalada por el 25% de la producción bruta industrial regional que produce anualmente, además de generar prácticamente el 22% del Valor Añadido Bruto Industrial y el 4,55% del Valor Añadido Bruto Regional. Su fuerte vinculación con el sector primario asegura una salida natural a las producciones agrarias y constituyen la agricultura y ganadería en suministradoras de ‘inputs’ para la fabricación de alimentos.
Las 3.200 empresas industriales que actúan en la región en la actualidad generan el 25,3% del total de los empleos del sector industrial de Castilla y León, duplicando prácticamente al siguiente sector en importancia en este apartado, el de la metalurgia y fabricación de productos metálicos.
El Premio a la Excelencia Profesional Agraria ha sido concedido a la Cooperativa Agrícola Regional de Carrión de los Condes en Palencia, por la labor que viene desempeñando en sus cien años de vida en las comarcas palentinas de Carrión y Saldaña. Desde que el 15 de agosto de 1909 un grupo de 30 labradores firmaran el acta fundación de la asociación, germen de la actual Cooperativa Agrícola Regional, la historia de la agricultura carrionense va unida a la historia de esta cooperativa.
Un grupo de supervivientes que creían en lo que hacían y que pusieron todo su empeño en conseguir la creación de un sindicato agrícola y cooperativo, que pudiera atender las necesidades existentes en el sector agrario y redimirle de las penurias y de las usuras que venían padeciéndose en ese ámbito en la comarca palentina carrionense. Fueron tiempos difíciles en los que la carencia de recursos técnicos y humanos sólo se vio superada por la implicación y la entrega de un auténtico ‘voluntariado de socios’ que consiguió suplir la escasez de medios con su esfuerzo continuo y dedicado.
El inicio de su andadura se centraba en la adquisición de artículos de consumo, abono y herramientas que la cooperativa facilitaba al agricultor y éste pagaba con parte de los productos que recolectaba. Vino después la creación de una Caja Rural para facilitar la financiación de los agricultores; le siguió la comercialización de productos agrarios, cereales y oleaginosas, la deshidratación de forrajes y la elaboración de piensos para los socios ganaderos; y para hacer más fácil la vida de sus socios, pusieron en marcha desde el principio un economato que se mantiene en la actualidad.
El respeto y el sometimiento a los principios y la disciplina de la Cooperativa de los agricultores que han pasado por ella, les ha permitido crecer y ganar en competitividad y calidad, hasta conseguir alcanzar en la actualidad una facturación de 16,5 millones de euros. Una cumbre en los objetivos de estos empresarios que les ha valido para propiciar la mejora de las rentas de los agricultores y ganaderos de la zona, además de para contribuir con sus fondos sociales a sufragar mejoras locales y labores asistenciales, educativas y formativas en la provincia de Palencia.
La actividad principal de sus 350 socios es la agricultura, que representa el 69,85% de su facturación, centrada en los cereales, las leguminosas, el maíz, las oleaginosas, las proteaginosas y los forrajes, a lo que se añade el suministro de fertilizantes, semillas y fitosanitarios para las explotaciones. A su vez, la actividad ganadera supone un 16,25% de la facturación y se centra en la comercialización de piensos, mezclas, materias primas y productos ganaderos. Por último, los servicios representan un 13,90% de la facturación de esta empresa, y se centran en el autoservicio de alimentación, gasóleos, lubricantes y otros productos.
Ha llovido mucho desde que 30 visionarios comenzasen con este proyecto, pero 100 años después la Cooperativa de Carrión de los Condes se ha convertido en una sociedad decana, de las más sólidas de la región, que apuesta por el desarrollo empresarial del sector agropecuario.
Igualmente emblemática es para Zamora y su provincia la empresa ‘Leche Gaza, S.L.’ ganadora del Premio “TOMÁS PASCUAL SANZ” a la iniciativa agroindustrial.
Fundada en 1966 como ‘Central Lechera de Zamora’ para cumplir con una imposición legal y resolver el problema de la comercialización de la leche de vaca en esa provincia, desde sus comienzos ha cumplido con una doble función social: por un lado, la de proporcionar leche sana y de calidad, y por otro lado, la de convertirse en una fuente de ingresos fijos mensuales para los cientos de familias rurales que vinculan su actividad ganadera a esta gran empresa.
El principal distintivo de Gaza, y donde radica la diferencia con muchos de sus competidores, se centra en que durante 40 años nunca ha dejado la producción de ninguno de sus productos en manos ajenas. La leche procede de granjas propias, que trabajan bajo el Plan Gaza de Aseguramiento de la Calidad. Un plan que garantiza la calidad de la leche, el bienestar de los animales y el respeto por el medio ambiente.
A pesar de la situación en la que está inmerso el sector lácteo, Gaza ocupa el puesto número 11 en la facturación a nivel nacional gracias a su apuesta decidida por la creatividad y la innovación: el saneamiento ganadero, la aplicación de frío en las granjas, el transporte isotérmico, el pago por calidad bacteriológica y células somáticas, los nuevos envases, formatos y variedades que el mercado va demandando, destacando su yogur, cuajada o postres hechos a base de leche de oveja que ha distribuido con éxito por toda España.
El reconocimiento social a la calidad de los productos de esta empresa es amplio. Ya en 2004 obtuvo el Premio Carrefour a la mejor Pyme de Castilla y León por votación de los propios consumidores. Este mismo grupo y sus clientes reconocieron de nuevo este año su labor al otorgarle el premio como la primera empresa del mundo capaz de envasar la leche de oveja, un largo y arduo trabajo de investigación para la que Leche Gaza contó con la estrecha colaboración de las Universidades de Salamanca y Santiago.
Su posición en el mercado nacional va ganando enteros, al tiempo que es más fuerte su vinculación a la provincia zamorana, con una facturación anual de 22 millones de euros, agrupa 60 explotaciones ganaderas de Zamora en las que recoge diariamente 100.000 litros de leche de vaca y 7.500 de oveja y cabra. Esas explotaciones trabajan guiadas por la hoja de ruta de Gaza, su “Plan Gaza de Aseguramiento de la Calidad”. Un Plan que garantiza la calidad de la leche, el bienestar de los animales y el respeto por el medio ambiente, ofreciendo así al mercado nacional la única leche española certificada en granja.
Y particularmente señero es para el sector cárnico de Salamanca y de toda la Comunidad el trabajo que JULIÁN MARTÍN, S.A. desarrolla en Guijuelo, y que le ha valido para alcanzar este año el Premio a la iniciativa en la empresa agraria.
Julián Martín García comienza en 1933 su actividad chacinera en Guijuelo, zona de España tradicionalmente conocida por la elaboración de productos de cerdo ibérico. Un sector, el del cerdo ibérico, netamente diferenciado del resto del sector cárnico por las condiciones especiales de cría y cebo que requiere la materia prima con la que se trabaja.
Esta empresa de ámbito familiar desarrolla la actividad que le ha llevado a conseguir el premio, en el núcleo de la elaboración y curación de los productos obtenidos del cerdo más importante de España, Guijuelo, donde se concentra el 70% de la producción nacional.
De su apuesta decidida por este sector es fiel reflejo la dimensión de sus instalaciones fabriles. Los números hablan por sí solos: a su explotación porcina, se unen 50.000 cabezas de producción propia sobre las que mantiene un estricto control genético, de alimentación y sanidad, resultado de sus acuerdos con COBADU; una moderna fábrica de embutidos dotada de las más innovadoras aplicaciones tecnológicas que le permiten obtener una producción de 2,8 millones de kilos de carne al año (unos 800 kilos diarios); más de 18.000 m2 dedicados a la salazón y secado natural de jamones y paletas, un matadero en Reguengos de Monsaraz (Portugal) con una capacidad de sacrificio y despiece de 1000 cerdos diarios que da trabajo a una media de 50 personas.
Finalmente, resaltar el dinamismo de esta empresa salmantina en su preocupación por una producción diferenciada presentando los productos elaborados en formato libre, servicio al que se une su inquietud por incorporar las últimas tecnologías a su proceso productivo; por un lado una nueva estrategia de selección para aumentar los estándares de calidad y uniformidad de los productos curados de cerdo ibérico, basada en el estudio de diferentes marcadores moleculares que permite alcanzar la mejora genética de los animales. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de diversas Instituciones nacionales y regionales.
La labor de expansión del conocimiento de los productos de la provincia que desde este empresa se lleva realizando en los últimos 75 años, les ha valido para que el año pasado la Cámara de Comercio e Industria de Salamanca les otorgara su máxima distinción, premiando su contribución “sobresaliente y ejemplar” al esparcimiento y desarrollo de la industria salmantina.
La consolidación de la iniciativa
Esta es la cuarta edición de estos premios, que han sentado un referente a la hora de galardonar el esfuerzo de los trabajadores de este sector por conseguir que el mundo agrario evolucione al mismo ritmo que el resto de la sociedad. Unos laureles que concede la Consejería de Agricultura y Ganadería y que, al margen de estimular la actividad que se desarrolla en el mundo rural, son también el vehículo para reconocer la labor de los titulares de explotaciones e industrias agrarias que operan en Castilla y León.
Estos premios se idearon en el año 2006 con el fin de mostrar un reconocimiento por parte de la Junta de Castilla y León a las trayectorias profesionales de este sector ante la sociedad, galardones que a su vez sirven como fuente de motivación y distinción, destacando las actuaciones en materia de innovación agroganadera.
En su primer año de andaduras, el Premio a la Iniciativa en la Empresa Agraria recayó en Alejandro Tapia Peñalba por su labor a favor de la modernización de las explotaciones y la búsqueda de alternativas viables para el campo. En 1995 funda con otros agricultores ABULAC (Asociación Burgalesa de Laboreo de Conservación), la primera Asociación de agricultores de conservación en España. El Premio ‘Tomás Pascual Sanz’ a la Iniciativa Agroindustrial fue a parar a manos de Industria Gastronómica Cascajares S.L., resultado del empeño de dos jóvenes empresarios que en 1998 se instalaron en el polígono industrial de Dueñas (Palencia) para dedicarse a la transformación de productos cárnicos. Los laureles del Premio a la Excelencia Profesional Agraria se los llevó Rafael Sánchez Olea quien participó en la creación de la Asociación Nacional de Cuidadores de Ganado Ovino de raza Churra (ANCHE). Es gerente de la Cooperativa Limitada Bajo Duero desde su creación en 1981, y con su gestión ha logrado hacer de ella la empresa más grande de Zamora y la segunda cooperativa de la región.
El éxito alcanzado por estos premios en su primera edición hizo comprender la importancia de que tanto los poderes públicos como el resto de los sectores de la Comunidad reconociesen públicamente la dedicación y el esfuerzo de los profesionales agrarios. Por ello, en 2007 se concedió el Premio a la Iniciativa en la Empresa Agraria a la Granja Cerromonte, una explotación que nace con el fin de incentivar la producción de leche de oveja en la provincia de Ávila, y cuenta con un importante componente de desarrollo tecnológico e innovación. El Galardón a la Iniciativa Agroindustrial fue concedido en esta edición a Canard S.A., dedicada al sacrificio y elaboración del pato. Con 25 puestos de trabajo fijos, constituye el motor en la utilización y transformación de los recursos locales de la comarca. Gregorio de la Fuente López fue merecedor del Premio a la Excelencia Profesional por su labor como dirigente agrario fundador de la Unión de Campesinos-Coag de Segovia, en la que ejerció de presidente desde 1982 hasta 2006.
En su última convocatoria, Agrovipas fue el protagonista del Premio a la Iniciativa Agraria, una empresa familiar que se ha ganado un lugar privilegiado en el mundo gastronómico gracias al queso que comercializan bajo la marca Vicente Pastor. Premio ‘Tomás Pascual Sanz’ recayó en la empresa Huercasa, que comercializa productos vegetales procedentes de campos segovianos y vallisoletanos, y apoya y desarrolla todo tipo de iniciativas orientadas al fomento de la agricultura sostenible. Nicolás Serna Melgosa se alzó en esta ocasión con el premio a la Excelencia Profesional gracias a su ímpetu y dedicación a aprovechar al máximo sus productos. Su visión de futuro le llevó a aunar los esfuerzos familiares en torno al cultivo de la patata de siembra, fundando la cooperativa El Carmen de Montorio y la asociación de productores de patata de Tierras de Castilla y León.
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