La Comunidad de Madrid ha realizado un estudio de investigación sobre las características de las judías que se cultivan en la
Sierra Norte, y ha concluido que éstas poseen una alta calidad y una gran variedad que las hacen susceptibles de obtener una marca de calidad.
Éstos son los principales resultados de este informe, realizado por el Instituto Madrileño para la Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), que presentó la pasada semana su directora gerente, María Jesús Villamediana.
El cultivo de judía en la región se localiza principalmente en los municipios de la Sierra Norte, y este estudio del IMIDRA, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, no sólo ha permitido investigar los distintos tipos de variedades locales, sino que sus resultados permitirán seleccionar aquellas más interesantes para
promocionar su explotación y comercialización.
Así, las principales conclusiones de este estudio reflejan que el tipo de judía tradicional madrileña tiene grandes posibilidades de incorporarse al mercado, pues por sus colores –el 33% blancas y el 30% pintas-, son los dos tipos de grano más apreciados por el consumidor español.
Además, la judía madrileña es bastante productiva, ya que el 51% de las variedades presentan una media de cinco semillas por vaina. Se trata de judías de vaina grande, de unos 11,5 centímetros de longitud, y con semillas también muy grandes o grandes en el 64% de los casos, una característica deseable que puede favorecer su comercialización.
Posibilidades de mercado Por tanto, la alta variabilidad encontrada hace que muchas de las judías madrileñas resulten atractivas para la búsqueda de productos originales o cocina creativa, por ejemplo, ya que presentan, entre otros caracteres
diferenciadores, una gama de colores y formas de semilla poco usuales en el mercado, según explicó Villamediana.
La caracterización de las variedades locales de judías puede actuar como aliciente para que asociaciones y cooperativas de productores se embarquen en la obtención de marcas de calidad. “Los municipios de la Sierra Norte pueden aprovechar la proximidad a un mercado tan fuerte como lo es el de la capital para promocionar sus productos tradicionales e
incorporarlos al mercado global, lo que ayudaría al desarrollo económico de estas localidades”, concluyó la gerente del IMIDRA.
Villamediana expuso que la investigación se ha realizado durante los últimos cuatro años, y ha incluido entrevistas sobre cada variedad con horticultores de la Sierra Norte. El estudio ha permitido describir las variedades de judías tradicionales de la Comunidad de Madrid, evaluando caracteres morfológicos, agronómicos y bioquímicos. Además, ha sido posible establecer qué tipo de judías son realmente diferentes a las que se cultivan en otras zonas españolas.
Hasta 48 variedades
En el Banco de Semillas del IMIDRA se conservan hasta 48 variedades locales de judías recolectadas principalmente en la zona de la Sierra Norte, que incluyen tipos que van desde las Judías sin vara de Montejo, la Judía de la Vaina Roja del Atazar o la Judía Garbancera de Puebla. Si bien en la actualidad tan sólo se cultivan 42 hectáreas en la Sierra Norte,
la mayor parte para autoconsumo, existe una notable diversidad morfológica, según este estudio.
En la Comunidad de Madrid se producen cada año ocho toneladas de judías secas y 500 toneladas de judías verdes. Esta leguminosa tiene un papel socioeconómico importante en la región, pues su cultivo se realiza exclusivamente en la comarca de la Sierra Norte. La judía ha sido, junto con la patata y cereales como el trigo y el centeno, uno de los cultivos clave para la alimentación humana en la Sierra Norte por su alto valor nutritivo, la facilidad para almacenarla y su buena adaptación a las condiciones ambientales de esta zona.
La judía común es una de las leguminosas más consumidas en el mundo, después de la soja y el cacahuete, y la primera si se considera sólo el consumo humano directo. Es una importante fuente de hidratos de carbono, proteínas, fibra dietética, minerales y vitaminas, y de ellas los españoles consumen 1,4 kilos por persona al año.
Proyectos de investigación del IMIDRA
El Instituto Madrileño para la Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) cuenta con ocho centros repartidos por toda la Comunidad de Madrid y un presupuesto de 19,8 millones de euros para 2009. Las investigaciones abordan cerca de 70 trabajos experimentales sobre viticultura y enología, olivicultura, nuevos cultivos y biología
molecular, agricultura ecológica, calidad alimenticia y restauración y descontaminación de suelos, entre otros.
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