Un estudio realizado por la Universidad de Bristol (Reino Unido) ha mostrado que la incidencia de la bacteria patógena Campylobacter en los pollos es más elevada cuanto mayor estrés sufre el ave. Los investigadores comprobaron que la presencia de la bacteria en el aparato digestivo de los pollos era mayor después del transporte de las aves al matadero que cuando estaban en la explotación.
Los científicos han encontrado el motivo de estos resultados. En situaciones de estrés, los pollos liberan la hormona noradrenalina. Esta hormona hace que el Campylobacter crezca más rápido, que se haga más motil e invasiva y que aumente su habilidad de causar enfermedad y virulencia.
Además, los investigadores han encontrado que el Campylobacter puede interaccionar con otros organismos en el aparato digestivo de las aves. Cuando esto sucede, la bacteria se convierte en mucho más infectiva.
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