Científicos del Servicio de Investigación Agraria de EEUU han descubierto que el estiércol sólido de las vacas lecheras resulta mucho mejor que el fertilizante comercial para reducir la cantidad de fósforo que se acumula en el agua que se filtra en el suelo. Por el contrario, el estiércol líquido de las vacas lecheras puede causar aún más contaminación.

En la investigación se usó estiércol obtenido de dos granjas lecheras en Idazo (EEUU) para estudiar la lixiviación del fósforo en los suelos de tierra negra arenosa, típicos de la región. En pruebas de laboratorio, los investigadores enmendaron 24 columnas de suelo con el estiércol líquido de vacas lecheras, el estiércol sólido o un fertilizante comercial de fosfato monoamonio.

Posteriormente, los investigadores «regaron» las columnas de suelo 13 veces durante un período de nueve semanas y recolectaron el lixiviado (líquido drenado del suelo, junto con las sustancias acumuladas en el agua), cada vez que se regaba. El lixiviado se regó para determinar su contenido total de carbono orgánico y fósforo. También se analizó la tierra de cada columna para determinar los niveles de fósforo, carbono, calcio, hierro y manganeso.

Los científicos descubrieron que las mayores cantidades de fósforo se encontraban en los enmendados con el estiércol líquido. También comprobaron que el fósforo en el fertilizante comercial era más móvil en el suelo que el fósforo en el estiércol sólido.

Asimismo se observó que el estiércol líquido y el estiércol sólido son significativamente distintos en la composición de sus compuestos de carbono. Esta diferencia podría ser la causa de las variaciones resultantes en los lixiviados del estiércol, aunque también podrían influir otros factores como la actividad microbiana, el contenido de metales en el suelo y la capacidad de las partículas de arcilla en el suelo de atraer y agarrar el fósforo.