Según un reciente estudio de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (EEUU), el consumo de bebidas es un importante factor en cuanto a la pérdida de peso corporal, existiendo una mayor correlación entre pérdida de peso y una reducción de la ingesta de las calorías que se ingieren en forma líquida que con las que se consumen en forma sólida.

No existe diferencia energética entre las calorías que van en los alimentos sólidos o en los líquidos. Sin embargo, la reducción del consumo de solamente las calorías que van en las bebidas afecta de forma más significativa a una pérdida de peso durante los 6 meses siguientes.

Los investigadores han dividido las bebidas en 7 categorías; bebidas refrescantes dulces, bebidas dietéticas, leche, zumo, café y té, con y sin azúcar y bebidas alcohólicas. Las bebidas más asociadas con los cambios en el peso son las azucaradas, y dentro de estas las que contienen más calorías son las que tienen un porcentaje de azúcar (o edulcorante energético equivalente) en torno al 37%.