El agua no es solo un nutriente esencial en la alimentación de los broilers, sino que puede ser un indicador clave del bienestar y la salud de las aves, según se ha puesto de manifiesto en la Conferencia Anual de la WPSA en Southport (Reino Unido). Los avicultores conocen muy bien cual es el ratio de eficacia de la alimentación en su explotación, pero generalmente ninguno conoce la eficiencia en la utilización del agua.
Históricamente, el bienestar de los broilers se ha medido usando como indicadores la mortalidad final y el estado sanitario de las patas. La limitación de estos indicadores es que solo están disponibles al final del ciclo, por lo que los cambios en la gestión solo pueden aplicarse en las siguientes camadas. Por el contrario, el agua como indicador puede utilizarse en cualquier momento del ciclo productivo y permite obrar en consecuencia.
En el estudio llevado a cabo por Louise Manning, se determinó que el consumo medio de agua es de 7.7 litros/ave/ciclo. No obstante, puede existir una variabilidad que oscila entre los 5.58-9.62 litros. Cuando el consumo aumenta o disminuye mucho suele ser motivo de algún tipo de problema. Durante la investigación, una de las naves investigadas mostró un elevado consumo de agua. Se comprobó que el agua de esa nave tenía un elevado contenido de sal. El problema de un consumo excesivo de agua es que las heces son muy líquidas con lo que aumenta el consumo de energía necesaria para secarlas. En la investigación también se vio que otra nave tenía un bajo consumo de agua, detectándose que la causa era la baja presión del agua.
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