18-03-09. COAG Almería ha criticado duramente la “traición” que supone para el campo que algunas empresas de la provincia se dediquen a comercializar productos de Marruecos o de otros países terceros mientras los agricultores almerienses tienen que tirarlos al contenedor en ocasiones porque no pueden venderlos. La organización agraria considera que estas comercializadoras, que han nacido y crecido al amparo de los agricultores, se han aprovechado durante años de la bonanza del sector y ahora le dan la espalda.
Este comportamiento poco ético está derivando en un descenso paulatino de la superficie cultivada y podría suponer la pérdida de miles de puestos de trabajo en un futuro a corto plazo, convirtiéndose en una seria amenaza para la viabilidad de las explotaciones almerienses. Esta situación que se torna además ilegal cuando los productos son comercializados como si fueran de aquí, algo que puede traer graves consecuencias para el sector en el caso de que se produzca un problema en frontera. “A diferencia de nuestras hortalizas, las procedentes de países terceros no se ven sometidas a ningún tipo de control fitosanitario, por lo que una sola alerta sanitaria podría dar al traste con el esfuerzo realizado por miles de agricultores almerienses para implantar la lucha biológica”, explica el secretario provincial Andrés Góngora.
Por esta razón, desde COAG se ha demandado un mayor control por parte de la Delegación provincial de Agricultura de cara a que el etiquetado de las hortalizas refleje su origen real y, en su caso, se sancione a las empresas que infrinjan la Ley.
El caso de la judía
El ejemplo de la judía verde es muy ilustrativo del daño que ocasionan al sector las importaciones de terceros países. Este producto ha pasado de ser un cultivo rentable que contaba hace una década con 5.100 hectáreas en Almería a ocupar una superficie prácticamente testimonial en 2007, 1.745 hectáreas. Este descenso de la producción se ha debido fundamentalmente al incremento de las exportaciones marroquíes de judía, tal y como se puede apreciar en la gráfica adjunta. El descenso de este cultivo en nuestra provincia ha supuesto la pérdida de 16.775 puestos de trabajo, un hecho que podría reproducirse en otros cultivos (pimiento, melón, sandía) si la UE liberaliza su comercio en el futuro acuerdo de asociación con el Reino alauita.
COAG ha mostrado, en este sentido, su rechazo frontal a la liberalización de las exportaciones de frutas y hortalizas de países terceros y ha reclamado que se cumplan las cláusulas de los actuales acuerdos preferenciales. “Sin control en frontera, ningún acuerdo será válido para Almería”, ha declarado Góngora. En este sentido, productos como el pimiento, el melón o la sandía corren el riesgo de desaparecer sino son protegidos.
Marruecos: historia de un incumplimiento
Por otra parte, COAG Almería ha denunciado que Marruecos ha introducido este invierno tomate por debajo del precio de entrada (0,46 euros/kilo) durante veinte días, lo que supone un incumplimiento sistemático del acuerdo de asociación actual, una situación que ha provocado el desplome de las cotizaciones en origen del tomate almeriense. “Sin ir más lejos, durante el día de ayer estuvieron entrando tomates de Marruecos a 0,45 euros/kilo, lo que demuestra que los mecanismos de control no funcionan”, afirma el secretario provincial de COAG, Andrés Góngora. Según han apuntado también desde la Federación de Exportadores, el país norteafricano también ha superado ya el contingente (volumen de kilos que puede exportar hacia Europa) estipulado para toda la campaña. “En los ocho años que lleva en vigor el acuerdo preferencial, Marruecos no ha pagado ni una sola tasa arancelaria por incumplir el acuerdo, aunque desde el Ministerio afirmen lo contrario. Si es así, que aporten los recibos de pago”, concluye el dirigente de COAG.
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