En primer lugar, queremos defender la profesionalidad y buena práctica comercial de los operadores de comercio que siempre han estado al servicio del agro español y al que por supuesto seguirán apoyando, por ser de interés común para todos los miembros de la cadena alimentaría. Es por tanto nuestro deber salir al paso de las opiniones exageradas y poco documentadas vertidas recientemente sobre nuestro sector profesional.
Salvo en casos puntuales, situación obviamente no exclusiva de este sector, la inmensa mayoría de los almacenistas estamos cumpliendo escrupulosamente los acuerdos que tenemos con los agricultores respecto al cereal comprado o almacenado en nuestras instalaciones.
Otra cosa es, que estemos todos, almacenistas y agricultores, descontentos con los precios actuales del mercado y los límites impuestos por el sistema de intervención. Entre otros factores, la política comunitaria, errática y falta de agilidad ha actuado como impulsora del descenso de las cotizaciones, al permitir, a pesar de la excelente cosecha en la UE, la entrada sin arancel de trigo de terceros países (Ucrania y otros) en un mercado ya de por sí saturado.
La realidad del mercado castellano-leonés, principal zona productora de cereales de España, es que una gran parte de la cosecha está en los almacenes de comerciantes y cooperativas en DEPÓSITO. Es decir, el agricultor deposita su grano en estos almacenes y él es el que decide cuando venderlo. Este sistema, aunque sea el más empleado, resulta a nuestro juicio nefasto ya que todos queremos vender cuando el precio baja, causando un exceso de oferta y nadie cuando suben las cotizaciones, provocando problemas de desabastecimiento. No olvidemos que tanto derecho tiene el agricultor a no vender como el almacenista a no comprar y eso es lo que se pacta generalmente.
Como conclusión y hablando de liquidez, seguro que habría más solvencia en el campo si los agricultores no hubieran sido malaconsejados e incitados a no vender cereal y a almacenarlo en espera de una hipotética y poco realista subida de los precios a corto plazo, que a vista de todos está, no se ha producido. A causa de esto, no vendieron en el momento adecuado, impidiendo de este modo a los operadores desarrollar su labor profesional en la cadena y provocando que los fabricantes de piensos de regiones limítrofes como Galicia, Asturias, etc. se vieran abocados a adquirir cereal de importación para varios meses por valor de muchos millones de euros. Efectivo que se ha marchado de España, cuando podría haberse quedado en Castilla-León a cambio de nuestro cereal.
Francisco Alvarez de la Lama
Presidente de ACCOE
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.