El comercio ha permitido a muchas naciones obtener los beneficios de la especialización y lograr economías de escala para producir de manera más eficiente. Ha incrementado la productividad, impulsado la difusión del conocimiento y de nuevas tecnologías y aumentado la posibilidad de elección de los consumidores. Pero la opción de una mayor integración en la economía mundial no siempre ha gozado de popularidad, y los beneficios del comercio y de la globalización no siempre han llegado a todos los sectores de la sociedad. Como resultado de ello, el escepticismo sobre el comercio es cada vez mayor en determinados ámbitos.
El Informe sobre el Comercio Mundial de este año, titulado “El comercio en un mundo en proceso de globalización”, está dedicado al examen de los beneficios derivados del comercio internacional y los retos que plantea un mayor nivel de integración. Durante muchos años, los gobiernos de la mayor parte de los países han abierto cada vez más sus economías al comercio internacional, ya sea mediante negociaciones multilaterales sobre comercio, intensificando la cooperación regional o en el marco de programas internos de reforma.
“Pocos pondrían en duda los beneficios que han producido la globalización y el comercio en forma de una mayor prosperidad para centenares de millones de personas y una mayor estabilidad entre los países. Sin embargo, muchas personas de diferentes sociedades de todo el mundo han disfrutado poco o nada de los beneficios de la globalización. Los retos a los que se enfrentan los gobiernos nacionales para administrar la globalización son formidables y para que se extienda la prosperidad se requiere una decidida unidad de miras”, dice Pascal Lamy, Director General de la OMC, en un prefacio al Informe.
En el Informe se analizan varias cuestiones interrelacionadas, partiendo de una reflexión sobre la esencia de la globalización, los elementos que la impulsan, los beneficios que ofrece, los retos que plantea y el papel del comercio en este mundo cada vez más interdependiente. Preguntamos cuáles son las razones por las que algunos países han podido aprovechar el descenso de los costos del comercio y las mayores oportunidades comerciales impulsadas por las políticas, en tanto que otros han permanecido en gran medida al margen de las relaciones comerciales internacionales. Consideramos también a qué sectores de la sociedad beneficia y perjudica el comercio y qué medidas complementarias deben adoptar los responsables de las políticas para que el conjunto de la sociedad obtenga los beneficios del comercio. Al pasar revista a estas cuestiones complejas y con múltiples aristas, en el Informe se examinan los estudios teóricos sobre el comercio y los datos empíricos que pueden ayudar a responder a estas preguntas.
Causas y consecuencias de la globalización
En el Informe se indica que el elemento económico básico de la globalización es una integración más profunda de los mercados de productos, capitales y trabajo. La globalización es impulsada por la innovación tecnológica, el cambio político y las decisiones de política económica, y este proceso de integración ha provocado cambios estructurales importantes en algunas partes de la economía mundial. La mayor fusión de los mercados de productos, capitales y trabajo a escala internacional se ha traducido en una asignación más eficiente de los recursos económicos. Gracias a la integración económica han aumentado los niveles actuales de producción y han mejorado las perspectivas de producción en el futuro. El capital puede dirigirse hacia los países que más lo necesitan para el crecimiento económico y el desarrollo. La posibilidad de que los trabajadores se desplacen a través de las fronteras nacionales permite aliviar la insuficiente cualificación en los países receptores o atender las necesidades en sociedades en rápido proceso de envejecimiento, reduciendo al mismo tiempo el desempleo o el subempleo en los países de los que proceden los trabajadores.
Las economías industrializadas de hoy fueron las primeras que se beneficiaron de la globalización en el período inmediato a la posguerra y, más recientemente, las economías de reciente industrialización han figurado entre los principales beneficiarios de la creciente integración económica. El comercio ha crecido a un ritmo constantemente superior al de la producción en la economía mundial, y las manufacturas han representado una proporción cada vez mayor del volumen total de comercio. Los servicios objeto de comercio también han crecido de manera significativa, aunque todavía se comprende mal su importancia debido a la escasez de datos. Una característica importante y cada vez más acusada de la producción es la fragmentación de los procesos de producción entre múltiples jurisdicciones. Las corrientes internacionales de capital han desempeñado una función esencial en la internacionalización de la producción y, en general, en la promoción de la globalización.
Apoyo público a la globalización, aunque con reservas
Las encuestas internacionales sobre las actitudes públicas hacia la globalización indican que la mayoría de la población reconoce estos beneficios, pero este reconocimiento no es óbice para que haya inquietudes sobre los retos que acompañan a la globalización. Aunque una gran mayoría considera que el comercio internacional beneficia a sus países, también temen las perturbaciones y desventajas de la participación en la economía mundial. Al parecer, el comercio encuentra mayor respaldo en algunas economías emergentes que en los países industriales, donde la globalización parece estar perdiendo apoyo, aunque la mayoría de la opinión pública todavía la respalda. Para los responsables de las políticas que abogan por mercados más abiertos, los resultados de las encuestas que indican un apoyo general a la globalización pueden ser alentadores, pero ignorar la creciente preocupación pública sobre algunos aspectos de la globalización puede menoscabar la legitimidad de los gobiernos y hace peligrar el apoyo social. La respuesta a esta tensión radica en encontrar un equilibrio entre mercados abiertos y políticas internas complementarias, junto con iniciativas internacionales que permitan hacer frente a los riesgos de la globalización.
Fuentes de beneficios del comercio
Más concretamente en relación con el comercio, en el Informe se identifican diferentes fuentes de beneficios económicos del comercio, entre las que figuran las derivadas del aprovechamiento de la eficiencia relativa mediante la especialización y la intensificación de la competencia, la mayor variedad de productos, el logro de economías de escala y el incremento de la productividad de las industrias. Estas ideas y teorías, que se remontan a finales del siglo XVIII y llegan hasta nuestros días, han sido objeto de pruebas y estudios exhaustivos. En gran parte, la teoría ha demostrado su solidez en lo que respecta a sus postulados básicos sobre los beneficios del comercio, aunque algunas pruebas empíricas han dado lugar a conclusiones más matizadas.
Además de este análisis estático, consistente en comparar la situación existente antes y después de un cambio determinado, una parte cada vez mayor de las publicaciones ha identificado los beneficios dinámicos del comercio. El comercio internacional puede influir en el proceso de crecimiento a través de sus efectos sobre la acumulación de capital y el cambio tecnológico. La teoría clásica sobre el crecimiento se centra en los efectos del comercio en la acumulación de capital debido a su repercusión sobre los precios de los factores de producción y los productos. La naturaleza de los intercambios comerciales, es por lo tanto, fundamental para determinar cómo afecta el comercio al crecimiento. En cambio, un marco analítico que se centre en los determinantes del progreso tecnológico llegará a conclusiones distintas, y en ocasiones contradictorias, sobre la relación entre el comercio y el crecimiento. Algunos estudios sugieren que, en determinadas circunstancias, la eliminación de los obstáculos al comercio podría fomentar la especialización en sectores de la economía con un bajo potencial de crecimiento. Sin embargo, estudios que tienen en cuenta los mecanismos que asocian un comercio más abierto a un mayor crecimiento contradicen esta conclusión. Son ejemplos de este tipo de mecanismos el mayor tamaño del mercado, la difusión de conocimientos, la intensificación de la competencia y la mejora de la estructura institucional interna. Aunque algunos estudios han mencionado posibles efectos compensatorios, son muchos más los que establecen fuertes vínculos entre el crecimiento y el comercio. No obstante, dichos estudios no dan a entender que más comercio signifique más crecimiento. Se sigue analizando el nexo causal entre ambos factores y las verdaderas causas de su relación.
La localización de la producción y la organización de las empresas
El Informe examina asimismo los factores determinantes de la localización de la producción en la economía mundial. Los trabajos relativos a la nueva disciplina llamada “geografía económica” y a la deslocalización de la producción explican las opciones de localización de las empresas y por qué en ocasiones éstas deciden dispersar los procesos de producción entre varios países. La reducción de los costos del comercio -como resultado de la apertura al comercio y su facilitación y de las nuevas tecnologías- puede contribuir a explicar por qué las empresas se concentran geográficamente (aglomeración) y por qué pueden optar por dividir la cadena de suministro entre diferentes lugares (fragmentación). Las publicaciones sobre geografía económica formulan tres predicciones importantes. En primer lugar, un país tenderá a exportar aquellos productos para los que exista una fuerte demanda interna (el efecto mercado interno). El mercado interno ofrece posibilidades de incrementar las economías de escala, creando una base para las exportaciones. Al mismo tiempo, la aglomeración permite que varios tipos de “efectos derivados” en la productividad fortalezcan la competitividad de las empresas. En segundo lugar, la reducción de los costos del comercio ampliará el efecto mercado interno, al menos en un primer momento (el efecto magnificación). En tercer lugar, aunque la reducción de los costos del comercio dará lugar a un período inicial durante el cual la producción manufacturera se concentrará en un “núcleo”, y la “periferia” se especializará en productos distintos de las manufacturas, una mayor disminución de los costos del comercio, junto con la aparición de límites a los beneficios de la aglomeración, acabará por invertir este proceso y provocará la dispersión de la producción manufacturera.
Los datos disponibles sugieren que la deslocalización de la producción va en aumento, un proceso impulsado por la disminución de los costos absolutos del comercio de bienes y servicios y los avances en la tecnología de las telecomunicaciones. En trabajos recientes se destacan, además de los elementos tradicionales normalmente asociados a la ventaja comparativa, otros factores que influyen en la evolución de la fragmentación de la producción, entre los que cabe citar la calidad del marco institucional, los costos de establecimiento de una empresa y la calidad de la infraestructura. Por estos motivos, los países de ingresos bajos podrían estar en una posición de gran desventaja para participar en las redes internacionales de producción.
Las consecuencias distributivas del comercio
El Informe examina asimismo las consecuencias distributivas del comercio, un aspecto fundamental de la tensión que puede apreciarse en la actitud del público ante la globalización y el comercio. Varios estudios han tratado de desentrañar los diversos elementos del cambio económico que incrementan la desigualdad. En muchos se señala que el cambio tecnológico tiene efectos significativos, incrementando la productividad y los salarios de los trabajadores cualificados pero en detrimento de los relativamente poco cualificados. No obstante, el comercio también puede influir cuando la demanda de trabajadores no cualificados en los países ricos disminuye como consecuencia de la especialización del comercio con países de bajos ingresos, donde el nivel medio de cualificación es menor que en los países ricos.
En el caso de los países en desarrollo, habría cabido esperar que el comercio redujera tanto la pobreza como la desigualdad, merced a sus efectos positivos en el crecimiento y en la distribución de ingresos. Sin embargo, hay pruebas de que la liberalización del comercio no siempre ha ido de la mano de la reducción de la desigualdad. Los datos empíricos apuntan a que ello se debe en parte a que la liberalización del comercio propicia el cambio tecnológico. El momento en que se produce el cambio de política comercial, los niveles de protección existentes y diversos factores como la estructura y funcionamiento de los mercados o la infraestructura básica también influyen.
Al abordar la relación entre el comercio y la pobreza, el Informe señala que la reforma del comercio puede contribuir a mitigar la pobreza, uno de los mayores retos a los que se enfrenta hoy en día la comunidad mundial. A pesar de que la mayoría de los estudios concluye que el comercio ha contribuido en general a reducir la pobreza, no todos los hogares pobres se han beneficiado de este efecto. Se trata de una relación compleja, ya que el comercio incide en el crecimiento, el empleo, los ingresos, los precios al consumidor y el gasto público, todos ellos factores que se tienen en cuenta al calcular los efectos en los ingresos de los hogares.
Las consecuencias sociales de la apertura al comercio
La apertura al comercio obliga a realizar ajustes, y algunos trabajadores pierden su empleo en empresas que compiten con las importaciones y tratan de mejorar su eficiencia o reducir sus dimensiones para sobrevivir, o que simplemente quiebran. Las empresas exportadoras, por su parte, pueden crecer después de una reforma del comercio. No obstante, las políticas siempre se enfrentarán al reto de administrar el cambio. En muchos países se aplican políticas destinadas a ayudar a los trabajadores desplazados. Las políticas de ajuste centradas específicamente en el comercio no siempre han tenido buenos resultados, en parte porque suele ser difícil hacer una distinción significativa entre las diferentes razones potenciales de la pérdida de empleos. Con todo, los programas de ajuste específicos para el comercio pueden ser atractivos para contribuir a justificar ante la opinión pública políticas de apertura al comercio beneficiosas para el país. En los países que disponen de sistemas generales de protección social, los programas específicos para el comercio pueden resultar más difíciles de justificar, pero en los países en desarrollo que carecen de dichos sistemas los programas específicos pueden tener más sentido. Hay que seguir investigando y experimentando para identificar los medios más eficaces de hacer frente a las consecuencias sociales adversas del deseable cambio económico.
Integración mundial y cooperación internacional
Pese a nuestras lagunas de conocimiento y comprensión, los argumentos teóricos y empíricos que avalan la tesis de los beneficios del comercio siguen siendo sólidos. Sin embargo, algunos factores económicos pueden reducir los beneficios o hacer que su distribución sea desigual. En la última sección del Informe se estudia de qué manera la cooperación internacional, también en el marco de la OMC, puede contribuir a mitigar los efectos adversos de estos factores. Al abordar los costos del comercio y las limitaciones de la oferta que merman los beneficios potenciales del comercio, mucho depende en primera instancia de las medidas de política nacional. La inversión pública para mejorar la infraestructura física es fundamental, al igual que la voluntad de reducir los costos del comercio mediante una reforma del comercio y la reglamentación.
Sin embargo, la cooperación internacional también puede ejercer una gran influencia. En el contexto de la OMC y de la Ronda de Doha en curso, la apertura al comercio, las medidas encaminadas a reducir los costos del comercio y la aplicación de acuerdos multilaterales pueden brindar mejores oportunidades de obtener beneficios del comercio. Las negociaciones sobre el acceso a los mercados para los productos agropecuarios y no agropecuarios permiten coordinar la apertura al comercio, lo que beneficia a los gobiernos porque se reducen sus costos del comercio y los de los demás. Las negociaciones sobre facilitación del comercio se centran en un conjunto específico de costos del comercio. La iniciativa de Ayuda para el Comercio ayuda a los países en desarrollo a crear capacidad de oferta y a reducir otras limitaciones del comercio. La asistencia técnica también brinda la oportunidad de fortalecer la capacidad de los gobiernos para administrar la política comercial de tal manera que se fomente la competitividad nacional. Por último, la tecnología puede difundirse mediante el comercio, al poner a disposición de la producción bienes intermedios más sofisticados tecnológicamente, merced a un proceso de aprendizaje y adaptación a las nuevas tecnologías impulsado por el comercio y la comunicación interpersonal que acompaña a las relaciones comerciales. La transferencia y difusión de tecnologías puede promoverse mediante la cooperación internacional, complementado por unos derechos de propiedad apropiados, para garantizar que se desarrollen tecnologías adaptadas al entorno nacional.
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