En este caso se ha comprobado que el sulforafano, el antioxidante que contienen todas las hortalizas crucíferas (repollo, coliflor, berza etc) y en particular el brécol, protege a las células del sistema inmunológico de la acción de los radicales libres.

Los radicales libres son un subproducto normal del metabolismo, que causan daño oxidativo en los tejidos. El declive de la actividad del sistema inmunológico por la acción de estos radicales y la menor protección contra los agentes que causan enfermedad es precisamente una de las principales causas del deterioro causado por la edad.

El estudio, realizado con ratones de avanzada edad, demuestra que el sulforafano es capaz de estimular las defensas antioxidantes del organismo y retrasar el declive de las defensas inmunológicas. Concretamente se ha visto que el sulforafano interfiere con una proteína denominada Nrf2 que sirve de regulador de múltiples substancias antioxidantes, rejuveneciendo genes y enzimas.

Estudios anteriores atribuyen al brécol la propiedad de proteger contra varias enfermedades, incluyendo las enfermedades coronarias y el cáncer.