Madrid, 24 de abril 06. El número de ocupados en el sector agrario en 2006 ha descendido en 47.600 personas respecto al año 2005, hasta caer a la cifra de 893.000 efectivos. Esta caída brusca se produce después de 4 años de estabilidad en el nivel de ocupación agraria en el entorno de los 940.000 empleos. Estos y otros datos, muy ilustrativos de la situación del empleo en el sector agrario, están recogidos en el Informe sobre el empleo en 2006 elaborado por el Departamento de Política Agraria de COAG.
Del mismo se desprende que este cambio de tendencia responde a la repercusión que los malos resultados económicos del sector en los últimos tres años están teniendo sobre el empleo. Desde el 1º de enero de 2006 se está aplicando el sistema de desacoplamiento de las ayudas directas en el Estado Español, a través del pago único por explotación. Lamentablemente, hemos detectado fuertes impactos sobre algunos sectores (comparación con superficies en 2005): trigo duro, lentejas y garbanzo, vezas y yeros, remolacha, algodón y tabaco.
Todo esto está teniendo ya su impacto sobre la renta agraria. La Renta Agraria total, en términos reales, durante el año 2006, experimentó una disminución del –3,7% respecto al año 2005. Si se observa la evolución de la renta agraria, y analizando los datos en términos reales, la Renta Agraria real generada por el conjunto del sector agrario permanece por debajo de la conseguida en 1990.
Teniendo en cuenta que el descenso de la renta en 2005 fue del -12,7%, debido a circunstancias climáticas adversas (sequía y heladas), es evidente que el dato de 2006 adquiere extraordinaria gravedad y no puede desligarse de la aplicación de la Reforma de la PAC de 2003. Las producciones agrarias no están generando un mayor valor añadido para los agricultores y ganaderos a pesar del gran esfuerzo inversor y de modernización del sector agrario en los últimos años.
A tenor de estos resultados, el informe concluye que entramos en una dinámica preocupante si consideramos que nos acercando a la cifra mínima de ocupados que necesitamos para mantener un sector agrario viable; a partir de cierto punto podemos entrar en un proceso de desmantelamiento. En los últimos 10 años (de 1997 a 2006) el número de ocupados en la agricultura se ha reducido en 128.200 personas (-12,6%), pasando de 1.021.200 a 893.000. En suma, podemos decir que el descenso en el número de ocupados en el sector agrario español responde a una situación de crisis de la agricultura, que se hace necesario abordar de forma urgente si queremos estabilizar un volumen de mano de obra imprescindible para el mantenimiento del sector agrario en el medio plazo.
Otros datos que se desprenden del análisis elaborado por COAG son los siguientes:
• El peso del sector agrario en el empleo total es del 4,5% en 2006. Esta disminución respecto al año anterior es debida tanto a la pérdida de empleo en el sector agrario como al incremento del número total de ocupados en el Estado Español en un contexto de crecimiento económico sostenido.
• Los inmigrantes suponen ya el 16% del empleo en el campo, un importante aporte de mano de obra asalariada extranjera, que sustituye cada vez en mayor medida a la mano de obra nacional y a las ayudas familiares
• El porcentaje de ocupados agrarios sobre el total ha pasado en estos últimos 10 años del 7,7% al 4,5% en 2006, lo que nos índica que los agricultores y ganaderos son cada vez más una minoría dentro de la sociedad.
• La tasa de paro agrario en 2006 fue del 8,9%, un poco más elevada que la tasa general de paro del 8,5%.
• Baja proporción de jóvenes al frente de las explotaciones, lo que supone una grave amenaza para la viabilidad de las mismas, ya que nuestras explotaciones presentan carencias estructurales que deben ser afrontadas principalmente por las jóvenes generaciones: innovación, diversificación, tecnología, gestión, técnicas de valorización de los productos, etc. Sin embargo, los jóvenes que se hacen cargo de explotaciones se enfrentan a una situación de incertidumbre sobre el futuro de la agricultura y la ganadería, que se ve agravada por importantes problemas sociales y estructurales.
• Los datos de la también reflejan que la agricultura continúa siendo una profesión mayoritariamente masculina, en la que únicamente trabajan un 28% de mujeres. La incorporación de un mayor número de mujeres a la agricultura y ganadería, al igual que ha sucedido en otros sectores de la vida económica, es uno de los principales retos cara al futuro.
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