La Comisión Europea ha aceptado, después de un análisis que ha durado más de tres años, que las ayudas puestas en marcha en 2003 por Francia sin autorización de Bruselas para explotaciones en crisis son compatibles con el mercado común.

Se trata de ayudas para las explotaciones en dificultades financieras, con hasta 10 asalariados. Hace algo más de un año Bruselas dio el visto bueno a una parte de estas ayudas (el asesoramiento técnico para el diagnóstico y el seguimiento de la situación financiera de la explotación: ), y ahora ha aceptado las ayudas para préstamos o cotizaciones sociales.

Francia recurre tradicionalmente a este tipo de ayudas para afrontar crisis sectoriales. Recientemente ha anunciado nuevas ayudas de este tipo para el sector hortofrutícola. Las dificultades que encuentra para que la UE autorice estas medidas son una de las causas por las que Francia viene insistiendo en que se establezcan mecanismos de gestión de crisis con el amparo de la PAC, y en particular en la reforma en curso de la OCM de frutas y hortalizas.