De manera clara, una abrumadora mayoría de ciudadanos europeos respalda el principio de condicionalidad, según el cual las ayudas de los agricultores pueden reducirse en caso de incumplimiento de las normas sobre medio ambiente, bienestar animal o seguridad alimentaria. Ocho de cada diez personas respaldan esas medidas; la proporción de quienes las consideran justificadas oscila entre el 83 % y el 86 %, dependiendo de las normas específicas en cuestión.

En relación con lo anterior, los ciudadanos han mostrado su conformidad con las modificaciones introducidas en el modo en que los agricultores reciben las ayudas. Quienes opinan que es positivo proporcionar más financiación para el desarrollo rural y pagar directamente a los agricultores en lugar de subvencionar sus productos son casi cinco veces más numerosos (49 %) que quienes piensan lo contrario (11 %). El resto de los encuestados ofreció una opinión neutra o no dio respuesta alguna.

Asimismo, resultan patentes los puntos de vista sobre la dirección futura de la política agrícola, ya que los ciudadanos estiman que la agricultura y las zonas rurales seguirán desempeñando una función principal en la UE: casi 9 de cada 10 personas (el 88 %) afirman que se trata de asuntos de importancia clave para el futuro de Europa.

Lo anterior se refleja en las opiniones sobre la proporción del presupuesto de la UE dedicado a la PAC, que en la actualidad representa aproximadamente el 40 %. Casi 6 de cada 10 personas (el 58 %) creen que este porcentaje debería mantenerse o aumentarse en los próximos años, frente al 17 % que opina que debería reducirse.

De manera más concreta, los factores de la política agrícola a los que, según los ciudadanos, se debería dar prioridad son los siguientes:

– Garantizar que los agricultores suministren alimentos sanos y seguros (mencionado por el 41 %)
– Garantizar que tanto los agricultores (37 %) como los consumidores (35 %) consigan un trato justo en el mercado
– Respetar el medio ambiente (33 %) y el bienestar de los animales de granja (27 %)

Actualmente se tiene la impresión de que la PAC cumple bien su cometido, como lo prueba el que una buena parte de las puntuaciones favorables proceda de ámbitos como el suministro de alimentos sanos y seguros, el cumplimiento de la normativa medioambiental y el bienestar de los animales.

La encuesta se realizó también en Rumanía y Bulgaria. Los resultados de estos dos países no se tuvieron en cuenta para el cálculo de las medias de la UE, ya que en ese momento ambos eran países en vías de adhesión.