Poco a poco con el abuso de unos y otros, pero no hay que olvidar que de todos, estamos convirtiendo al agua en el oro del Siglo XXI, algo en lo que no tardando mucho tiempo los países van a comenzar a luchar como ha sucedido tradicionalmente por el petróleo, los diamantes e incluso el opio.
Aquí también los agricultores estamos siendo, como en otros muchos temas, los grandes damnificados de los ataques que llegan desde distintos foros de opinión, especialmente de los pseudo – ecologistas de despacho, que ni conocen la situación real que se vive en el campo ni han pisado nunca por allí y la naturaleza que han visto es la que nos ofrecen los documentales de la “segunda cadena”. Es muy fácil ensañarse con el más débil y es lo que muchos de estos “nuevos verdes” están haciendo últimamente, más si cabe con la llegada de Cristina Narbona al Ministerio que parece les ha insuflado nuevos aires, quizás en forma de euros constantes y sonantes, para arremeter contra el colectivo que paradójicamente más ha conservado y conserva el medio natural, ya que, entre otras cosas, es el que asegura el futuro a sus hijos.
Son ciertas algunas de las informaciones que se barajan en los mentideros periodísticos en el sentido de la cantidad de agua que se consume en la actividad agrícola y ganadera, pero no es menos cierto que esos datos se emplean en buena parte de los casos sin ninguna perspectiva, buscando los grandes titulares y alarmar a los consumidores. Me gustaría que junto a esas grandes cifras se incorporase el esfuerzo que muchos profesionales estamos realizando para modernizar nuestras explotaciones y el uso del agua que realizamos en ella, pues sabemos perfectamente, mejor que muchos que sólo se dedican a hablar, que dependemos de este preciado líquido para obtener nuestras cosechas.
No me gustaría ponerme especialmente localista pero lo cierto es que en León, hasta la fecha, hemos contado con este recurso pero el tan traído y llevado cambio climático, el agujero de ozono, el efecto invernadero… y no se cuantos cosas más están complicando nuestra situación. Es verdad que tal vez nunca, o quizás si, lleguemos a lo que viven nuestros compañeros de Murcia que dependen del trasvase de otras zonas para asegurar sus cultivos, pero entre todos tenemos que evitarlo por todos los medios. Nuestra provincia esta regada por más de 20 ríos, pero apenas 5 ó 6 están regulados conveniente con lo que gran parte de esta reserva natural se pierde irremediablemente en el mar, quizás son estas cosas de las que se deben preocupar los políticos y no tanto de controlar el agua que usamos cada uno de nosotros en nuestras casas o ¿ es que nuestra Ministra no deja correr el agua en la ducha hasta que sale caliente?.
Entre TODOS, y pongo esta palabra en mayúscula para que se vea que me refiero al conjunto de la sociedad, tenemos que concienciarnos de este problema y no dejar pasar oportunidades como la de este año con los más de 400 mm por metro cuadrado caídos entre los meses de octubre y noviembre en la provincia no se pueden dejar desaprovechar. La realización de infraestructuras hidráulicas es fundamental en este sentido aunque en algunos casos pueda chocar con la ya archiconocida “Nueva Cultura del Agua” que tantos aceptos gana día a día entre los “urbanitas”. Considero que es básico conjugar las dos posturas, la medioambientalista y la agraria, pero van a perdonar soy, lo primero, agricultor y necesito agua para poder trabajar, así que me da mucha pena verla pasar por delante de mis narices, pensando en las hectáreas que se podrían regar con ellas y saber que va a acabar en la inmensidad del océano.
Nuestra provincia es ejemplo de la labor de los regantes en lo que a modernización se refiere, pero también en solidaridad con aquellos que cuentan con menos agua, aunque no podemos olvidar que la auténtica solidaridad comienza con uno mismo. Así que aprovechemos lo que la sagrada Naturaleza ha dado a esta provincia, pues, no se si por desgracia o por suerte, buena parte de nuestras tierras no valen para edificar grandes urbanizaciones de lujo que atraigan el dinero fácil del ladrillo, nuestras parcelas dan buenas alubias y pimientos, una excelente remolacha y maíz de primera calidad, sin olvidarnos del vino o de unas frutas y hortalizas que llaman la atención allí donde son presentadas, así que cada uno a lo que sabemos hacer pero, por favor, utilicemos el agua “con juicio” en todo momento no vaya a ser que un día nos veamos sembrando pisos o regando con garrafas.
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