Según varios estudios presentados en el Congreso Asociación Americana contra el Cáncer, la alimentación es uno de los mejores métodos de prevenir el cáncer, e incluso de combatirlo en algunos casos.

Una dieta rica en frutas y hortalizas, y en particular en algunas de éstas tiene efectos anticancerígenos. Concretamente se ha comprobado con las coles (brécol, repollo, coliflor etc) que tiene un elevado contenido de sulforafanos, incluyendo la col fermentada o chucrut, que en uno de los estudios, muestra protección frente al cáncer de mama.

Las semillas de ginkgo, que se usan en la comida oriental y que se usan también en suplementos dietéticos, muestran un efecto protector contra el cáncer de ovario

El ajo tiene la capacidad de inhibir productos cancerígenos que se forma al cocinar a alta temperatura, según otro de los estudios.