15 de septiembre de 2005.- la unió-COAG exige sentido común y profesionalidad al conjunto del sector citrícola valenciano ante la actual campaña marcada sin duda por el descenso de producción histórico que se prevé en el aforo oficial de cosecha presentado esta mañana. La disminución de cosecha es la más importante desde que existen estadísticas oficiales de producción y hace prever, si la climatología acompaña, un aumento de los precios en campo.
En este sentido, la unió reclama la recolección de las variedades en el momento óptimo, efectuar los envíos de forma escalonada y aconseja a los agricultores mantenerse firmes a la hora de negociar un precio más alto que el de anteriores campañas. Este aumento del precio se podría conseguir de forma sustancial en las variedades de naranjas si se consigue un buen escalonamiento de las exportaciones a causa de la escasez de mandarinas híbridas, aspecto que también pone de relieve que pueden existir momentos de la campaña con falta de fruta.
El efecto de las fuertes heladas de los primeros meses del año, la sequía que afecta sobretodo a las zonas del sur de Alicante y la vecería en algunas variedades como la Clemenules (con elevada producción en la pasada campaña), son factores fundamentales para prever un descenso de cosecha del 25,12% en el conjunto de zonas citrícolas de la Comunidad Valenciana (34,80% en Valencia, 15,52% en Castellón y 7,49% en Alicante), que se traduce en una merma de 994.838 toneladas.
El aforo constata una disminución en la práctica totalidad de variedades citrícolas, salvo el ligero aumento de las variedades tempranas de mandarinas y en las tardías de naranjas, éstas últimas debido a que normalmente se sitúan en zonas templadas. La disminución porcentual más elevada se produce en naranjas con el 30,01%, mientras que en mandarinas se constata una disminución del 23,74% y en limones del 10,17%.
El aforo refleja la misma tónica de las últimas dos campañas con un tonelaje superior de las mandarinas respecto a las naranjas, aunque esta campaña la diferencia es la más alta de todas ellas con 523.176 toneladas más de mandarinas que de naranjas. La previsión de éstas últimas, con poco más de 1 millón de toneladas es la más baja que se recuerda en los últimos lustros.
Destaca también la pérdida de producción en variedades importantes como la Navelina (-53,02%), la Clemenules, con una disminución del 15,90% (tras el fuerte ascenso de la pasada campaña) y de las variedades híbridas de mandarina.
Joan Brusca dice que “el conjunto de la citricultura debe ser consciente de estas premisas y actuar con prudencia porque hay menos materia prima para hacer frente a la comercialización, a lo que hay que sumar una maduración más retrasada de lo habitual. Esto se constata con una disminución de la producción en aquellas variedades que se envían a los mercados en los períodos de saturación de los mismos, como pueden ser la Clemenules, Hernandina, Clemenvilla y algunas Navelinas.
Brusca afirma que “por tanto hay que evitar por todos los medios recolectar sin los debidos índices de madurez y es totalmente ilógico que algunos operadores comerciales estén recolectando ya mandarinas extratempranas sin las condiciones adecuadas, porque luego estropean el desarrollo de la campaña”.
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