Según datos de la Dirección General de Aduanas, elaborados por la FEV, durante el primer trimestre del año 2005 se han exportado un total de 314,65 millones de litros (un -7,6% menos que durante el mismo período del año anterior), por un valor de 327, 12 millones de euros (lo que ha supuesto una caída del -0,8%). El precio medio crece un 7,3%, fijándose en 1,04 euros por litro.

En términos absolutos, se han exportado 26 millones de litros menos durante el primer trimestre de 2005 con respecto al primer trimestre de 2004, que se explica por las pérdidas registradas en los vinos de mesa a granel (-20% hasta los 153 millones de litros, frente a los 190 millones de litros del primer trimestre de 2004), que tienen un gran peso dentro del total y a pesar de la buena marcha de los vinos de mesa envasados (+14% en volumen), de los espumosos (+7,4%) y de los vinos con denominación de origen (+5%).

También cae la facturación de las exportaciones españolas de vino, aunque en mucha menor medida (-0,8%), al cambiar el peso específico de los productos dentro del total y subir con ello el precio medio de nuestras ventas (+ 7,3%, hasta 1,04 €/l.).

En el análisis por mercados, observamos que los países que nos venían comprando el vino de mesa a granel, sufren importantes pérdidas: Alemania (-49%), Francia (-9,4%), Portugal (-30%) e Italia (-32%), lo que deja claro que la coyuntura que propició ese espectacular aumento de los vinos de mesa a granel durante los dos últimos años ha sido superada, al recuperarse las cosechas de estos países. Mucho más optimistas son los datos de los países que nos compran principalmente vinos envasados a mayor precio medio. Así, Reino Unido (+16,6% en volumen y +10,1% en valor) y Estados Unidos (+10,6% en volumen y +1,6% en valor).

En definitiva, los datos correspondientes al primer trimestre de 2005 indican una caída de las exportaciones españolas de vino, sobre todo en términos de volumen y debido a las pérdidas registradas en los vinos de mesa a granel. Buena marcha de vinos de mesa envasados (donde se incluyen los “vinos de la tierra”), espumosos y vinos con D.O., que deberán tomar el relevo de nuestras exportaciones. Todo lo cual sigue mostrando la urgente necesidad de que España propicie las exportaciones de vinos de marca en mercados estables.