(Estrasburgo 11 de mayo de 2005). La Europa meridional, en particular la Península Ibérica, está padeciendo la sequía más severa de los últimos cuarenta años. Sus efectos vienen a sumarse a las graves pérdidas ocasionadas al sector agrario español por las heladas sufridas durante los tres primeros meses del año 2005. «La baja pluviometría registrada, inferior en el 50% al valor medio habitual, está incidiendo directamente en el proceso de desertización y erosión del agro español, y perjudicando gravemente a los sectores agrícola y ganadero», ha señalado Miguélez..

«Es necesario, ha dicho, que la Comisión adopte medidas de flexibilización en la gestión de la campaña de las producciones afectadas. Queremos lograr el anticipo, en su totalidad, de las ayudas a los agricultores y ganaderos, así como la movilización, en caso de necesidad, de los cereales de las reservas resultantes de los excedentes de otros Estados miembros».

Rosa Miguélez ha solicitado, asimismo, que el Consejo y la Comisión procedan a reexaminar los criterios de elegibilidad y las medidas financiables por el Fondo de Solidaridad, para que su aplicación sea posible en estas catástrofes, provocadas por una climatología adversa.

Otra de las consecuencias de esta situación es el aumento alarmante de la posibilidad de incendios forestales: en algunas comunidades autónomas, el riesgo se encuentra rozando los valores máximos, y las previsiones meteorológicas para los próximos meses no son favorables. «La Comisión y al Consejo tendrán que estar alerta ante la necesidad, que podría ser inmediata, de que se pongan a disposición créditos y medios para lograr su prevención eficaz».

A este respecto, Miguélez ha propuesto a la Comisión que estudie la posibilidad de establecer un Observatorio Europeo de la Sequía: «La Comisión tiene que estudiar con detenimiento este fenómeno, al objeto de determinar su periodicidad o carácter cíclico, y si constituye un nuevo indicio de alteraciones derivadas del cambio climático, así como evaluar sus consecuencias en el avance de la erosión y desertización del territorio».