La normativa actual de EEUU establece que a partir de septiembre de 2006 se tendrá que aplicar un etiquetado obligatorio del origen de las carnes, conocido como COOL por sus siglas en inglés. Un grupo de congresistas ha introducido una propuesta de ley para modificar la actual legislación y que el sistema obligatorio se cambie por un sistema voluntario.

Esta propuesta ha sido muy bien recibida por la industria, que desde un principio se había mostrado contraria a la misma, por la burocracia y coste que suponía. En la elaboración de productos preparados, salchichas, carnes picadas etc, es una práctica habitual de muchas industrias de EEUU mezclar carnes de producción doméstica con carne importada. Con la normativa actual, tendrían que dejar de hacerlo, o poner líneas de producción diferentes o etiquetar como orígenes diversos, lo que para el consumidor podría tener una connotación peyorativa.

Los productores de porcino de EEUU, representados a través de la Asociación Nacional de Productores de Porcino también se han mostrado contentos con esta nueva propuesta.