Científicos norteamericanos han obtenido plantas de tabaco transformadas genéticamente para producir el anticuerpo contra el ántrax, lo que podría permitir producir este anticuerpo de forma masiva y barata, algo que tendría gran utilidad como defensa de un ataque biológico con esta bacteria.

Para hacer esta transformación se han estudiado previamente las células que fabrican estos anticuerpos en las personas que se ha administrado la vacuna contra el ántrax, determinando los genes humanos implicados, que son los que se han transferido a las plantas de tabaco.

Los anticuerpos obtenidos de la purificación de las hojas del tabaco transgénico han mostrado su eficacia en animales de laboratorio, siendo tan efectivos como el anticuerpo producido por células humanas.