Durante los tres primeros meses de 2005 (campaña de prevención de incendios forestales de invierno) se han registrado en Navarra un total de 412 incendios, que han afectado a 415,7 hectáreas, de las que 55,3 eran de arbolado y las 360,4 restantes terreno desarbolado (principalmente matorral y pastizal). El principal incendio tuvo lugar el pasado 18 de marzo en el monte Auza de la localidad baztanesa de Erratzu, con cerca de 70 has. afectadas, principalmente zona desarbolada.
Estos datos suponen que sólo en los tres primeros meses de 2005 se ha quemado casi la misma superficie de vegetación que en todo el año 2004, cuando se contabilizaron 562 incendios forestales y 316 agrícolas (principalmente rastrojeras), que afectaron a 452,9 hectáreas (339,3 has. desarboladas y 113,6 de arbolada). En todo caso, estas cifras de superficie afectada son muy inferiores a las que año tras año recaban otras comunidades autónomas de España, con ejemplos de incendios que por sí solos superan las 500 has.
El director general de Interior del Gobierno de Navarra, Juan Ramón Rábade Iráizoz, ha facilitado esta mañana los citados datos, en el marco de la jornada de trabajo sobre los equipos de prevención de incendios forestales (EPRIF) que ha desarrollado hoy el Comité de Lucha contra los Incendios Forestales (CLIF), que celebra en Navarra durante esta semana su primera reunión semestral de 2005 (con la participación del Ministerio de Medio Ambiente y todas las comunidades autónomas). En su comparecencia pública ha estado acompañado por eldirector del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento del Consorcio de Bomberos de Navarra, José Javier Boulandier Errea; el secretario del CLIF, Ricardo Vélez; y por Fermín Olabe, jefe de la Sección de Gestión Forestal del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.
Un invierno frío y seco
De los 412 incendios registrados entre enero y marzo del presente año, 310 han tenido lugar en marzo y tan solo 66 y 36 en febrero y enero, respectivamente. En 307 ocasiones, la superficie quemada en el incendio no llegaba a una hectárea (técnicamente se conocen como “conatos de incendio”), mientras que en 105 incendios la superficie sí fue mayor.
El 92,6% de la superficie quemada por incendios menores a una hectárea es desarbolada (88% de matorral y 12% de pastizal), mientras que ese porcentaje baja al 85% cuando se habla de incendios de más de una hectárea (72,4% de matorral y 27,6% de pastizal).
La climatología de este invierno ha sido especialmente dura, por los fríos y heladas sufridos, especialmente en la Montaña de Navarra, que ha secado campos y praderas tras el súbito deshielo de finales de febrero. Esta misma situación ha obligado a que las prácticas ganaderas de quema de pastizales y matorral se hayan concentrado en el mes de marzo y que, como muchas de ellas se llevan aún sin autorización ni medios de prevención, se hayan registrado durante el mes de marzo diez fuegos diarios de media. Hay que destacar que las quemas de pastizal autorizadas, un año más, no han provocado incendios.
Si los datos de superficie afectada son negativos, la parte positiva de esta campaña de invierno ha sido el tiempo de respuesta que una vez más han sido capaces de dar los 410 profesionales de los parques profesionales del Consorcio de Bomberos de Navarra, en estrecha colaboración con los bomberos voluntarios de los parques de Vera de Bidasoa, Lesaka, Leitza, Goizueta, Aoiz, Valcarlos e Isaba. Las cifras de 412 incendios y 415 hectáreas afectadas demuestran que el tiempo de respuesta del Consorcio permite que la media de hectáreas afectadas por cada incendio permanezca prácticamente igual a una hectárea, lo que, a la luz de los datos mencionados anteriormente, significa que el daño medioambiental de estos pequeños incendios es muy bajo (menos de un 10% de superficie arbolada afectada).
Por parques profesionales de bomberos, los 412 incendios de este año han sido atendidos del siguiente modo: parque de Alsasua 15 salidas, Burguete 5, Estella 48, Lodosa 24, Navascués 5, Oronoz-Mugairi 93, Pamplona 34, Sangüesa 6, Tafalla 82 y Tudela 100 intervenciones.
Los Equipos de Prevención Integral contra Incendios Forestales
Como se ha señalado anteriormente, los participantes del CLIF que estos días se celebra en Navarra se han desplazado esta mañana hasta el Señorío de Bértiz para conocer los Equipos de Prevención Integral contra Incendios Forestales (ERPIF), que fueron creados por el Ministerio de Medio Ambiente para ayudar y enseñar a los propietarios de pastos naturales con autorización a usar fuego como tratamiento de mejora de los pastos naturales y para la realización de trabajos selvícolas.
Actualmente, existen seis equipos en funcionamiento, uno de los cuales se encuentra en Navarra, concretamente en Baztán, desde donde se desplaza a las zonas aledañas.
Este equipo, que opera en el periodo comprendido entre noviembre y abril, desarrolla su trabajo en Navarra desde el otoño del año 2002, por lo que ésta es la tercera campaña de actuación. Cabe recordar que en octubre de ese año el Gobierno de Navarra y el Ministerio de Medio Ambiente acordaron establecer de manera permanente un EPRIF; el acuerdo tiene una duración de seis años.
El EPRIF está compuesto por cuatro técnicos especialistas tanto en incendios forestales como en quemas controladas, y cuenta entre sus medios propios con dos vehículos todoterreno, uno de ellos equipado con una autobomba y un depósito de 400 litros que sirve de apoyo en determinadas quemas. Las funciones del EPRIF son cuatro:
Valoración de la peligrosidad de la quema. Junto a personal del Departamento de Medio Ambiente, se atiende a las solicitudes de quemas de los particulares reguladas por Orden Foral renovada anualmente. Se analiza la conveniencia o no de la quema y las medidas preventivas a tomar. El personal de Medio Ambiente está autorizado a denegar la solicitud si existe riesgo alto de propagación o puede afectar a masas arboladas o regeneración incipiente. No se deben quemar parcelas que hayan sido quemadas en un periodo inferior a 5 años.
Apoyo a las quemas. En las parcelas que por orografía o por riesgo de masas forestales aledañas exista peligro de que se escape el fuego, pasando de ser una quema controlada a un incendio, se participa en la medida que sea posible. La labor consiste básicamente en establecer líneas de defensa mediante líneas negras, quemas por fajas etc. Se cuenta con el apoyo de personal de bomberos (un bombero fijo y dos contratados por punto de intervención) así como de vehículos auto bombas de este cuerpo. Es necesaria la presencia de por lo menos 5 personas por parte del solicitante, destacando que la labor EPRIF-Bomberos es de apoyo. Se da un carácter didáctico a la actuación.
Labores de extinción. Si sus servicios son requeridos, el EPRIF presta apoyo a las labores de extinción que desarrollan los bomberos.
Otros trabajos. Redacción de informes sobre puntos de agua, evolución de vegetación en parcelas quemadas, etcétera.
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