La mayor parte de los OMG que se cultivan actualmente en el mundo son para el consumo animal (soja y maíz), o para consumo no alimentario (algodón), que tienen también algún subproducto de consumo animal (la semilla de algodón).

Actualmente hay ya en desarrollo productos OMG que mejoran la adaptación de estos productos de forma específica para la alimentación animal, con independencia de sus características OMG originales que por el momento se refieren solo a características agrícolas (tolerancia a plagas o a herbicidas). Se trata de granos modificados con mayor o menor contenido en determinados componentes, como proteínas, minerales, determinados ácidos grasos, almidón o fibra,

Ya se están desarrollando variedades OMG con un mayor contenido en aceite o con un mayor contenido en determinados ácidos grasos, como el ácido oleico. También se han logrado variedades de soja y de otras leguminosas con alto contenido de proteína y de aminoácidos esenciales (lisina, metionina y treonina), que reducen la necesidad de suplementos en la alimentación del ganado.

Un mayor contenido nutricional de la alimentación animal puede reducir de forma significativa el impacto medioambiental de las explotaciones ganaderas, haciendo alimentos más digestibles y con residuos menos contaminantes. Se ha desarrollado, de forma experimental alfalfa OMG con 20% menos de lignina y 10% más de celulosa, una combinación que hace que la planta sea mucho más digestible para el ganado y que las heces sean mucho menos contaminantes.

El metabolismo del fósforo en animales monogástricos es uno de los problemas principales de la alimentación animal y del medio ambiente asociado, por la formación de ácido fítico y fitatos. En este asunto existen ya actualmente variedades OMG que expresan proteínas de hongos o bacterias que degradan el fósforo, aumentando de forma considerable su disponibilidad para los animales y reduciendo su emisión al medio ambiente con los residuos ganaderos.