Desde 1998, la asistencia para preparar a los países candidatos a la gestión de los Fondos Estructurales ha sido un objetivo importante del programa Phare. La fiscalización del Tribunal examinó si la Comisión había utilizado correctamente el programa Phare, el mayor instrumento de preadhesión, a la hora de preparar a los países para la gestión de los dos Fondos Estructurales más importantes, es decir, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo (FSE).
La fiscalización evidenció que, aunque la Comisión pronto comenzó a utilizar el programa Phare para contribuir a preparar a los países candidatos para la gestión de los Fondos Estructurales, en el momento de la adhesión, la incidencia de este programa resultó más limitada de lo previsto por la Comisión en sus documentos de base. Ello se debió, en parte, a la inexperiencia y al escaso desarrollo institucional de los países candidatos, y no fue posible subsanar estas debilidades en el plazo disponible antes de la adhesión. Se observó, en particular, que:
el enfoque global adoptado por la Comisión no fue todo lo eficaz que podría haber sido, debido, en parte, a que no se estableció un nuevo instrumento de preadhesión inspirado en el FEDER y el FSE; el Sistema de Ejecución Descentralizada Ampliado, que tenía por objeto dar a los países candidatos, antes de la adhesión, experiencia en los procedimientos de gestión financiera análogos a los vigentes para los Fondos Estructurales, no había sido adoptado en mayo de 2004; la mayor parte de los países asignó algo menos del objetivo del 35 % de sus programas nacionales a los programas de Cohesión Económica y Social, que estaban destinados a desempeñar un papel importante a la hora de preparar a dichos países para el FEDER y el FSE, debido principalmente a una capacidad de absorción insuficiente y a unas prioridades opuestas;
la eficacia de los proyectos de refuerzo de la capacidad institucional destinados a la preparación para el FEDER y el FSE se redujo en general debido a los cambios frecuentes en las responsabilidades de desarrollo regional entre los ministerios de los países candidatos, y a los retrasos de dichos países a la hora de designar las autoridades de gestión y pagadoras y de establecer las estructuras regionales.
Las principales recomendaciones que se derivan de la fiscalización son:
– conviene seguir apoyando el refuerzo de la capacidad institucional en el ámbito de gestión de los Fondos Estructurales en los nuevos Estados miembros tras la adhesión;
– deberían asignarse unos recursos considerables al control a posteriori de las operaciones de los Fondos Estructurales en los nuevos Estados miembros;
– sería preciso establecer una estrategia clara que permitiese determinar las distintas medidas que todavía es necesario tomar para preparar a los países candidatos actuales y futuros a la gestión de los Fondos Estructurales;
– la Comisión tendría que incrementar sus esfuerzos para adecuar Phare a los Fondos Estructurales.
– En sus respuestas, la Comisión, tras destacar la magnitud de los esfuerzos realizados para ayudar a los países candidatos a prepararse, en comparación con las ampliaciones anteriores, así como las dificultades de realizar dicha tarea de preparación en un plazo incierto y reducido, se comprometió a aplicar las enseñanzas adquiridas al preparar a los nuevos Estados miembros para la gestión de los Fondos Estructurales cuando ayude a los países candidatos, actuales y futuros, en este sentido.
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