El pasado 13 de octubre un grupo de productores de la denominada agricultura orgánica biológica o ecológica organizaron un acto mediático destruyendo en la localidad de Gers (Francia) una parcela maíz bio, quemando los restos de las plantas. El motivo de esta destrucción era una eventual «impurificación» de este campo por el polen de un ensayo de maíz OMG que se encontraba a unos 5 kilómetros. Esta eventual «impurificación» no fue comprobada en ningún momento debido, según los organizadores del acto, al elevado coste de los análisis.

Además de no haberse comprobado la presencia adventicia de los OMG, la distancia a que se encontraba y el hecho de que había sido destruido antes de la floración hace prácticamente imposible que hubiera sucedido. Algo que por lo demás no tendría ninguna consecuencia sobe la salud o el medio ambiente sino meramente comercial al sobrepasar la intolerancia total que se han autoimpuesto los productores «bio» con OMG.