Según un estudio japonés, el pimiento rojo picante (pimentón picante, guindilla, páprika, cayena, ají etc.) reprime el consumo de grasa y energía cuando se añade en la dieta, siendo este efecto además independiente de la sensación picante en la boca.
En un estudio con voluntarios a los que se les suministró en las comidas cuatro diferentes tipos de sopa con diferentes dosis de pimentón picante desde cero a la mayor dosis tolerable. Excepto por el picante en la comida, los desayunos y menús fueron iguales para todos los voluntarios, con las mismas cantidades de proteína, carbohidratos etc. Los que comían sopas con picante fueron tuvieron una acción represora de la ingesta total de energía y de grasa. La acción represora sobre el consumo de grasa se observó solamente en los que comían la sopa con más picante.
Según los investigadores, la acción represora no es porque la sensación de picante en la boca reprima el consumo, sino por otros mecanismos que hacen que el pimentón picante reprima el apetito, algo que ya había sido observado en anteriores estudios.
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