La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha adoptado una estrategia global sobre alimentación, actividad física y salud dirigida a combatir los riesgos derivados de los malos hábitos de vida, y en particular los que conducen a enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y el cáncer; todas ellas relacionadas en gran parte con la obesidad y los malos hábitos de vida, entre los que destaca ila amla alimentación y la falta de actividad física.

La estrategia resalta la necesidad de limitar el consumo de grasas saturadas y ácidos grasos trans, así como de sal y azúcar, y aumentar el consumo de frutas y hortalizas, así como de incrementar la actividad física, lo que se deberá promover a través de los servicios de salud, políticas fiscales, agrarias y alimentarias, incluyendo acciones de marketing y publicidad, etiquetado de los alimentos y educación en las escuelas.