La Unión de Cooperativas Agrarias de Castilla-La Mancha (UCAMAN) califica de “muy satisfactorio” el desarrollo del pionero proyecto a nivel nacional sobre la Diferenciación de la Calidad de la Uva, que desde hace dos campañas comenzó a implantarse de forma experimental en más de una decena de bodegas cooperativas de Castilla-La Mancha.

Este año se han adscrito al proyecto tres nuevas bodegas cooperativas, concretamente, Cristo de la Vega de Socuéllamos, La Remediadora de La Roda y Nuestra Señora de La Soledad de Fuente de Pedro Naharro en Cuenca.

Las excelencias de este novedoso sistema está permitiendo a las cooperativas participantes (un total de catorce de las distintas provincias de Castilla-La Mancha) determinar la calidad de la uva que entra en bodega, al instante, pues el software que se ha diseñado en el proyecto facilitará dicha información en cuanto se le introduzcan los parámetros analizados.

El objetivo de UCAMAN es conseguir que en los próximos dos años cerca de medio centenar de cooperativas de Castilla-La Mancha tengan los equipos, metodología de trabajo y software necesarios para llevar a cabo de forma inmediata la diferenciación de la calidad de la uva, lo que permitirá beneficiar a más de 30.000 cooperativistas vitivinícolas de la región.

Este proyecto fue puesto en marcha en julio de 2002 en la región por la Unión de Cooperativas Agrarias de Castilla-La Mancha (UCAMAN) a través de un convenio de colaboración con el Instituto de la Vid y el Vino en Castilla-La Mancha (IVICAM), que financia la totalidad económica de su coste, 45.000 euros, y la participación en el desarrollo del proyecto del Instituto Tecnológico Agroalimentario (AINIA) de Valencia. Cada cooperativa participante en este proyecto está aportando 3.300 euros para la personalización tanto de las necesidades y método de trabajo como de la calibración de los equipos utilizados en función de las características de sus uvas.

Esta iniciativa, que está siendo referencia a nivel nacional, está permitiendo por primera vez a las bodegas cooperativizadas que puedan demostrar ante sus miles de socios la calidad de la uva que meten en bodega a través de unos parámetros analíticos, que definen de forma objetiva la calidad. El objetivo último es contar en cada una de las cooperativas con una más amplia gama de productos, en función de su calidad, que les permita conquistar nuevos mercados y revalorizar todos los productos obtenidos de la uva.